sábado, 26 de agosto de 2023

Reseña del libro El cerebro del futuro.


 

Título: El cerebro del futuro ¿Cambiará la vida moderna nuestra esencia?

Autores: Facundo Manes y Mateo Niro

Editorial Paidós, 1ª edición en enero de 2019

Número de páginas: 318


 

 

 

Quiero comenzar esta reseña con una idea con la que termina el libro y es que debemos estar listos para un futuro que ya ha llegado. Esto es lo que yo pensaba cuando paseaba por las salas de la Fundación Telefónica visitando la exposición Cerebro que es la que me llevó a comprarlo. Leía las explicaciones y venían a mi mente todas las películas de ciencia ficción y todas esas frases que nos asustan cuando escuchamos los documentales sobre el futuro. También este año visité el Centro de Arqueología experimental de Atapuerca, al entrar todos tuvimos que protegernos con cascos para visitar el lugar donde se están encontrando esos cráneos que son los que más pistas nos dan sobre como eramos hace miles de años. Así que creo que deberíamos considerar que cada uno de nuestros cerebros no es sólo nuestro, estamos en evolución, puede que cambie nuestra esencia y nuestra identidad y tenemos que cuidarlo y cultivarlo porque como nos dice Facundo Manes “el cerebro de los seres humanos es el capital más importante que tenemos como comunidad”.


Inicié la lectura del libro creyendo que el cerebro del futuro que se iba a plantear en el libro era el de un cerebro adulto, de alguna manera con un punto de vista algo egoísta esperar ser protagonista de un nuevo mundo es algo muy atractivo. Pensaba que las personas formadas y con experiencias vividas somos las que podemos contribuir a la evolución de nuestra especie y demostrar como nos cuenta el autor que las máquinas no son más sabias que los humanos sino que tenemos otras cualidades como detectar toda la información del mundo exterior con nuestros sentidos, quizá podamos llegar a leer el pensamiento o conseguir nuevas formas de pensamiento mediante la interconexión de cerebros. Y aunque en el primer capitulo se tratan todos estos temas, al terminar el libro vemos que los cerebros que realmente están en el futuro son los de los niños y adolescentes “esos cerebros son los cerebros del futuro” y hace hincapié en lo importante de la salud física y mental para el desarrollo humano nuestro estilo de vida tiene un gran impacto en nuestro cerebro”.


En el prólogo Facundo Manes quiere dedicar el libro aquellas personas que tienen propósitos más allá de la mezquindad, la información es poder y la historia nos ha contado cómo hay personas que han utilizado el conocimiento que ha hecho cambios en el mundo para su beneficio y no para el bien común y el autor es muy consciente de ello. Mateo Niro, el profesor colaborador del libro, aporta una parte muy importante para los lectores y es adaptar el lenguaje científico a un lenguaje de fácil comprensión para cualquier lector.


El libro es un paseo en siete capítulos por todo lo que se conoce hasta ahora sobre nuestro cerebro, el futuro del cerebro frente a las máquinas; las enfermedades más importantes conocidas que afectan a nuestra memoria, personalidad, lenguaje, sueño, desarrollo motriz, sentidos y que nuestro cerebro gobierna “Por eso, como en cualquier enfermedad, la comprensión es fundamental, aunque en el caso de las enfermedades mentales es todavía más importante”; también nos da a conocer las distintas técnicas y métodos que se utilizan para las investigaciones “la clave de la divulgación científica no está tanto en desvelar lo desconocido como en mostrar el método con el que llegó a ese descubrimiento”; responde algunas de las preguntas que se plantean en la actualidad sobre nuestro futuro, tratando temas tan importantes como la felicidad, el amor, el dinero, la educación de los niños, la alimentación o cómo solucionar nuestros problemas, aunque “en términos evolutivos sobrevivir es muchas veces más importante que conocer la verdad”. Hoy acabo de escuchar una noticia sobre el impacto del desarrollo de la Inteligencia Artificial en nuestras vidas, han dado datos sobre la cantidad de miles de personas que van a tener que estudiar y adaptarse a la AI como herramienta en muchos de nuestros trabajos. Y ahí está la clave de nuestro presente la implicación de las políticas públicas y de los estados para hacer frente a este cambio al que Facundo Manes dedica su último capítulo.


Para leerlo forré el libro con papel, fue mi lectura en vacaciones y no se si lo hice porque nadie viera lo que estaba leyendo o porque lo consideraba un libro tan valioso como nuestro cerebro y no quería que se estropeara. Cuando estudiaba bachiller un profesor de matemáticas nos hizo retirar el libro de texto, sacar un cuaderno y escribir al dictado todos conceptos matemáticos del curso, a la vez nos iba poniendo ejemplos de situaciones de la vida diaria donde nos íbamos a encontrar todos esos conceptos, las alumnas bromeábamos diciendo que se había equivocado, que las matemáticas eran números y no palabras. Normalmente tendemos a pensar que las matemáticas son sólo números, ecuaciones y signos, pero gracias a aquel profesor entendí que detrás de toda esa simbología había conceptos que sino los conocemos no íbamos a entender las matemáticas ni a darles significado en nuestra vida. La forma de escribir este libro me ha recordado aquel profesor porque los autores nos acercan a la neurociencia y la tecnología no sólo con conocimientos científicos sino también con experiencias de vida. En cada apartado hay una selección de obras literarias, que hacen referencia a lo que allí se explica, también hay alusiones a películas o novelas que nos ayudan a comprender estos temas “… es preciso cambiar la manera en que pensamos para cambiar la manera en que sentimos…”. Aconsejo leer este libro en un momento donde “Nosotros debemos decidir sin más demora de qué lado queremos estar y hacerlo posible”.

miércoles, 26 de julio de 2023

Reseña del libro La mujer temblorosa.


 

Título: La mujer temblorosa o la historia de mis nervios

Autora: Siri Hustvedt

Traducción del inglés por Cecilia Ceriani

Editorial Seix Barral

Editado en 2020

N.º de páginas 238


 

 

 

Es el segundo libro que leo de Siri Hustvedt. Creo que me ilusionado por seguir sabiendo de esta mujer porque siento una gran admiración desde que la escuché en su discurso en la entrega del premio Principe de Asturias. Y además también estoy muy ilusionada con los temas que tienen que ver con la psicología para entenderme a mi y a los demás aunque cómo ella nos dice “Todos hacemos extrapolaciones de nuestra existencia para poder entender el mundo. En el arte esto se considera una ventaja, pero en la ciencia se considera una contaminación” . Yo creía que La mujer temblorosa lo habría escrito después de la novela El verano sin hombres porque es un ensayo sobre enfermedad mental y en la novela la protagonista se ve afectada por ello y nos daría una explicación científica de lo que en un principio fue una novela, pero mi sorpresa es que no fue así sino al revés.

La escritora está motivada a estudiar su propia enfermedad porque los médicos no le han dado un diagnóstico claro ni tampoco ha respondido a ningún tratamiento, este libro es un resumen de sus investigaciones y estudios en todos los campos que tienen que ver con la mente y el cerebro. Es un grato paseo por la Historia de la Psicología, pero exactamente no con un orden cronológico sino que va y viene uniendo de manera argumentativa experiencias, vivencias, síntomas y opinión. A la vez de expresarnos sus conocimientos sobre los temas que trata, es muy crítica con psicólogos y médicos cuando intentan dar respuestas con diagnósticos nada claros y aplican tratamientos sobre todo farmacológicos. Nos plantea preguntas que van asociadas a planteamientos filosóficos y que si en la ciencia se encontraran respuestas incluso cambiaran el sentido de nuestra vida. “¿Estamos a cargo de nuestro destino o sólo creemos que decidimos nuestros propios actos?¿Y qué mecanismo decide que decidamos?”

Combinar conocimiento y literatura no es tarea fácil y ella lo consigue y en algunas ocasiones con una prosa hasta poética “Estamos habitados, ocupados, somos seres plurales y siempre vivimos en relación con ese mundo exterior que percibimos como seres corporales y no solamente como cerebros”; habla de nuestra subjetividad que va cambiando y formándose con nuestras experiencias, el yo, el tú y lo nuestro se mezcla y a veces no hay linea que lo separe “somos espejos unos de otros”; habla de los recuerdos y como al recordarlos los reconsolidamos no cómo fueron en realidad sino como nos sentimos cuando los recordamos lo que ella llama “memoria del observador” y como en los podcasts que escucho titulado “Entiende tu mente” el psicólogo Luis Muiño llama falsa memoria; también nos habla de su proceso para escribir “Mis ficciones necesitan estar enraizadas como lo están las experiencias que he vivido”; resalta el valor de las personas sensibles y con alta empatía que quizá forman un grupo social diferente entre las que se incluye “Yo parezco traducirlo todo a sentimientos y sensaciones corporales”; y como feminista nos habla de cómo la mujer a lo largo de la historia de la Psicología ha sido también victima sólo por el hecho de ser mujer “A pesar de que los autores del artículo dejan entrever una conexión entre las experiencias horribles que tuvo que vivir esa mujer y su enfermedad no hacen hincapié en ello...”

Algo muy importante y que la define a lo largo de todo el libro es la importancia que da al lenguaje para definirnos y para liberarnos de nuestros problemas porque cuando contamos estamos aceptando y poniendo nombre a lo que vivimos, tuvo la gran experiencia de trabajar en un taller de escritura en un hospital con personas afectadas de enfermedad mental “Sin el lenguaje no puede existir un ser autobiográfico””Me sentí muy aliviada. Después de almorzar, impartí mis dos clases de escritura creativa en el hospital como de costumbre”, un gran ejemplo de sociedad porque en mi experiencia cuando tienes un diagnóstico como ella te relegan de la actividad intelectual y te declaran incapacitada.

Últimamente con la revolución tecnológica que estamos afrontando quizá la tecnología pueda ayudarnos a resolver ciertos problemas mentales o quizá sea lo que los está provocando inicialmente como cuento en mi reseña del libro de Ángel Martín Por si las voces vuelven. Algunas personas consideran que es mejor estar conectados y que la tecnología es un gran adelanto en nuestra sociedad en evolución, otros incluso les gustaría que la tecnología nos ayudara a estar en la mente de los otros para saber como piensan o como son su procesos y Siri Hustvedt también se lo plantea “… y nos hemos preguntado que sentiríamos si pudiéramos entrar en la mente de otros…”. Este invierno vi una película que trataba a modo de ficción esa realidad titulada Being John Malkovich da respuesta cinematográfica a lo que todos quizá nos hemos preguntado alguna vez como Siri, en la película para los que lo experimentan es una experiencia sorprendente, pero para el que sufre “el okupa” es lo más horrible que puede vivir porque pierde su identidad y su libertad. Así que quizá de momento sea mejor quedarnos con la forma que nos ofrece Siri Hustvedt como escritora:“La forma de acercarnos más a la mente del otro individuo es a través de la lectura, después de todo, leer es una forma de vivir dentro de las palabras de otra persona”.

A final del libro la autora personaliza sus propias conclusiones para afrontar a la mujer temblorosa que hay en ella como cada uno de nosotros podemos hacerlo al leer el libro y plantearnos que hacer con aquellas debilidades que aunque no las demostremos nos hacen sentirnos a veces vulnerables y a veces humillados, no os las voy a desvelar para que aquel que se sienta motivado lo leáis “La historia de la mujer temblorosa es la narración de un hecho repetido que, con el paso del tiempo, fue ganando múltiples significados al considerarlo desde diferentes perspectivas”.

lunes, 24 de julio de 2023

Reseña del libro Memorias de abajo.


 

Título: Memorias de Abajo

Autora: Leonora Carrignton

Traducción de Francisco Torres Oliver

Prólogo de Elena Poniatowska

Editorial Alpha Decay, colección héroes modernos n.º 99

N.º de páginas 81



 

 

Acudí a un curso de arte sobre mujeres surrealistas y recordé la obra de Leonora Carrignton, lo que no sabía es que también había sido escritora. Coincidiendo con este curso se exponía su obra en la Fundación Mapfre. No me iba a perder una visita guiada de la primera exposición que tenemos en España de ella, mientras escuchaba a la guía que nos explicaba sus cuadros, me paré frente el cuadro que había pintado cuando estuvo ingresada en el manicomio de Santander. Miraba los personajes dibujados, ese mundo que representaba entre el verde de la vida y el negro de la muerte y me ponía en el lugar de ella y lo difícil que tuvo que ser creer en la vida, escaparse y salir adelante como refleja el libro Memorias de abajo. Su gran amiga Elena Poniatowska que estuvo a su lado nos dice en el prólogo “son las memorias del encierro y odio, la memoria de lo que significa ensañarse contra el amor”. Acabo de leer La mujer temblorosa de Siri Hustvedt que también cuenta su experiencia sobre sus problemas de salud mental y leyéndolos recordaba a su vez el libro que escribió Ángel Martín sobre su brotes psicóticos y por su puesto en todos he recordado cuando una psiquiatra me sujeto sobre mi los cuadernos de programaciones del colegio donde trabajaba y engañada tuve que subir a una ambulancia mientras me decía: “vívelo como una experiencia”. Fue un ingreso involuntario, nadie me había informado ni el porqué, ni el cómo, solo después de varios años sigo pensando que aquella experiencia no tenía que haber sucedido, que me merecía que me hubieran informado. Además de mi trabajo y la credibilidad de toda mi familia y amigos, perdí mi autoestima como Leonora y mi amor a la vida como a ella me sacó adelante Sus amenazas me impresionaron muy poco, porque sabía que no estaba destinada a morir”. Haber estado ingresada en una planta de psiquiatría durante veinte días no fue para mi tan dramático como lo que narra Leonora en este libro, no me dieron Cardiaziol pero si antisicóticos que me convirtieron en una mujer temblorosa y sin emociones durante mucho tiempo. Pude sufrir y ver como a otros enfermos todavía les aplican terapia electroconvulsiva, cómo permanecen atados a la cama y se les aísla durante días cómo le hicieron a Leonora Carrignton me sentía dolorida, y descubrí que tenía las manos y los pies atados por correas de cuero”. Leo a Leonora con tantos años de distancia y veo que las terapias no ha cambiado tanto creía que toda la angustia se había acumulado en mi y que se dispararía al final; esto explicaba para mi la fuerza de mis emociones. Creía que era capaz de sobre llevar esta carga espantosa y extraer de ella la solución para el mundo”. Yo también estuve abajo, en esas memorias de abajo que Leonora nos narra con superación y como testimonio de que lo que había vivido se tenía que saber. Veo que todos los que hemos pasado por un ingreso involuntario tenemos mucho en común aunque pertenecemos a ámbitos distintos, épocas distintas y culturas diferentes acabé creyendo que me hallaba en otro mundo, en otra época, en otra civilización, quizá en otro planeta que contenía el pasado, el futuro y, a la vez, el presente.”

Leonora no sólo fue pintora nos dijo la guía, fue también escritora, si podéis no es perdáis leer algunos de sus libros. Al salir en la tienda estaba agotado el libro Memorias de Abajo, muchos nos sentimos tentados a conocer su experiencia y así también entender mejor el relato de sus cuadros. Lo conseguí unos días después. Se lee muy bien, es una escritura directa y muy descriptiva.

No podemos dejar de nombrar que el ingreso de Leonora fue motivado fundamentalmente por la presión de su padre un hombre muy recto en su carácter que no quería que fuera pintora y ella una mujer rebelde y feminista desde pequeña. Pero lo que a ella le desencadenó su conducta fuera de control fue el no entender el mundo que estaba viviendo “una mujer que busca crear algo más real que la realidad misma e ir más allá de la realidad cotidiana, la realidad que nos aterra por la absoluta injusticia de su sociedad” nos explica Elena Poniatowska. Se enamoró del artista Max Ernst un hombre con el que fue muy feliz no sólo porque les unía una atracción mutua sino también por la gran admiración que se tenían, le entendía en su arte y en su forma de vida le sugirió que pintara lo visible y lo invisible, lo posible y lo imposible. La guerra se lo arrebató, por su religión se lo llevaron preso. Esta experiencia junto con la violación de varios soldados que no contó hasta años después le desencadenó en ella esas manifestaciones delirantes.

En un grupo de las redes sociales donde yo colaboro para luchar contra el estigma frente a los problemas de salud mental, en una publicación nos decían que hay que distinguir entre enfermedades mentales graves y el malestar de la vida. Yo me pregunto donde estaría Leonora Carrignton ¿en los “malestares de la vida”? quizá sus experiencias de vida le llevaron a perder el control de si misma, sin embargo fue tratada como una enfermedad incurable y de forma inhumana que le hubiera llevado hasta la muerte. Cuando yo salí del hospital el enfermero que no nos trataba como a seres humanos sino como manada, que nos prohibía hablar entre nosotros, leer en la habitación o llevar camisetas que no fueran blancas, me dijo al despedirme: “ya veras como nos vemos pronto, todos volvéis”. Os imagináis cuando creo haber superado aquella experiencia y dispuesta a recuperar mi autoestima fuera de aquel lugar donde te anulan tu ser, tu personalidad con medicación y un régimen de aislamiento cómo me pude sentir.

Leonora se refugió en los cuentos de sus escritores favoritos, Lewis Carroll, Edgar Allan Poe, Bram Stoker (Drácula) y Jonathan Swift Los viajes de Gulliver, y los clásicos, de Hans Christian Andersen a los hermanos Grimm, y menos mal que su imaginación, su creatividad y su fantasía le ayudó a salir de allí, junto con las personas que creyeron en ella “ ...sin embargo, debo continuar con mi historia a fin de salir de mi angustia…”” ...mi lápiz recargable rojo y negro (sin mina) era La Inteligencia...”. Un psiquiatra le aconsejo escribir lo que sentía como terapia para superarlo. Sin embargo, yo tuve que renunciar a todo mi mundo creativo, la psiquiatra que me llevó fuera del hospital me aconsejó que no lo hiciera, que escribir o seguir con mi mundo creativo podría ayudarme a desarrollar una esquizofrenia, consideró que ser creativa e inteligente para explicar lo que me sucedía no me iba a ayudar a recuperarme. Le hice caso, no olvidaba las palabras de aquel enfermero y yo tenía claro que allí no quería volver, cómo Leonora nos dice ”sabía que cerrando los ojos podía evitar la llegada del más insoportable de los sufrimientos: la mirada de los demás...”. Mi hijo en sus poemas no pudo contar porqué su madre dejó de pintar, pero yo ahora con la fortaleza que da el paso del tiempo y la superación lo digo abiertamente. Todo puede pasar cuando pintas o cuando escribes especialmente si eres una persona altamente sensible y todo lo que te rodea supone una sobre estimulación para ti.

Pero no quisiera que para el que lea esta reseña se quedé sólo con la imagen de que Leonora fue sólo una figura mitificada por su experiencia psiquiátrica, sino que fue una gran artista, mujer luchadora, feminista y amante de su casa y su familia y con muchos hombres que no fueron cómo su padre sino que supieron también valorarla y acompañarla en su vida.”Tenía que librarme de todo lo que la enfermedad me había traído, arrojar fuera estas personalidades e iniciar así mi liberación”. Y yo de alguna manera como ella me he permitido con esta reseña hacer un paralelismo entre su historia y la mía, también quizá como la liberación que no me permitieron en su día los tratamientos médicos.

Edward James poeta, escultor, arquitecto y mecenas británico ligado al movimiento surrealista, fue amigo de Leonora durante muchos años en su estancia en México y escribió esto sobre ella:

He conocido a Leonora por más de treinta años. Soy más un hermano crítico que un administrador del becerro dorado. Con frecuencia me ha irritado la deliberada intransigencia de su naturaleza, pero ni por un momento he dudado de su genio”.  

Solo por esto aconsejo leer este pequeño relato escrito a modo de diario, donde además de su genio podemos ver la gran valentía de Leonora Carrington para ser ella misma.


domingo, 25 de junio de 2023

Reseña del libro Los que Miran.



 

TÍTULO: LOS QUE MIRAN

AUTORA: REMEDIOS ZAFRA

EDITADO EN MADRID en FÓRCOLA EDICIONES en 2016

NÚMERO DE PÁGINAS:136

 

 

 

 

Dicen que el duelo al sufrir una pérdida no es el mismo para todas las personas, que algunas al año de perder a un ser querido empiezan a sentir que lo han superado, otras tardan diez años en darse cuenta que la vida sigue y algunas no lo superan nunca “...ignoro dónde podría yo amarrar mis ojos para olvidar…”. Nuestro querido y últimamente perdido Javier Marías nos cuenta en el libro Los enamoramientos que una vez que perdemos a alguien comenzamos una nueva vida y que difícilmente podríamos aceptarlos de nuevo. Sin embargo, Remedios Zafra en su novela los personajes siguen conectados después de esa separación física a través de sus cosas, de los espacios que habitaron, de sus recuerdos e incluso de su mirada. Aunque su escritura es diferente a la de Virginia Wolf me recuerda en su manera profunda de expresar los sentimientos de los seres humanos.

Este libro me lo compré porque la autora se llama como yo, Remedios, en un grupo de tertulia literaria al que pertenecía en una red social nos sugirieron como juego buscar escritores con nuestro nombre, yo no conocía a ninguno e Internet me brindó la oportunidad de conocerla. Es la segunda vez que lo leo, la primera estaba todavía en el duelo de haber perdido a mi madre, anoté frases, pero no encontraba las palabras para hacer una reseña personal sin escribir sobre mí más que sobre el libro. Así que lo aparqué en la estantería y pasado un tiempo como una deuda pendiente lo he vuelto a leer, esta vez motivada sobre todo por el título, siempre me han parecido muy valiosas las personas que miran.

Es un libro extraordinario para reflexionar sobre la vida, sobre la muerte, sobre las relaciones con las personas y sobre todo sobre esta nueva forma de relacionarnos a través de las redes sociales “…donde lo privado ya no se encadena a la oscura intimidad de antes, donde todo precisa ser visto e interpretado para existir…”, pero donde, y eso es mi opinión, uno elige para no perder su identidad ni cambiarla. Paralelamente a las emociones de los personajes la autora nos hace unas valentísimas reflexiones sobre la influencia de la comunidad, de la tribu como ella nos dice, en nuestras vidas. León un niño que tiene que cuidar su tía porque se ha quedado huérfano, es el que nos lleva de la mano a todas estás reflexiones. En una ocasión un filósofo José Antonio Marina abrió una página web para que maestros, educadores y padres no nos sintiéramos solos en la educación, su lema era “la tribu educa” con la idea de formar comunidad aquellos que teníamos los mismos criterios educativos, aunque yo no participé mucho, me valió para escribir mi opinión y que el mismo en persona me contestara que no estaba sola. En el libro la idea de tribu también es relativa a las influencias que recibimos, pero no tan positivamente porque no siempre nos educa y sobre todo no la elegimos “...es mentira que pueda elegir...”. La familia, los amigos y los espacios que frecuentamos son los que conforman nuestra percepción de la realidad, pero a veces nos oprimen y no nos dejan ser libres en nuestras decisiones. León es un niño libre y siente cómo sentiría un león en su hábitat, la creación de su yo está en el estado más puro y su tía así quiere que se mantenga y hará todo lo posible para que así sea.

El libro está dividido en tres capítulos en los que podría decirse que sigue un orden cronológico, pero sobre todo en como van evolucionando sus emociones, las de la protagonista, el niño y la familia. Es un estilo directo que interpela al lector y hasta puedes darte por aludido. El título lo estamos recordando en toda su escritura, en la primera lectura intenté hacer el juego de escribir las múltiples formas en que la escritora nos define mirar, pero hubiera escrito el libro entero, al principio cuando la protagonista pierde su hermano no encuentra en los demás el afecto que espera “…lo digo pensando si los que miran y callan pudieran mostrarnos así una solidaridad si no sincera, simbólica…” ”...soportar la sentencia de las miradas de los otros...” y en muchas ocasiones nos define que es mirar sin nombrar el verbo mirar como cuando nos dice “...un párpado ajeno no puede mover a un párpado que sucumbe…”.

El lenguaje fluye y parece que lo que dice es lo que tiene que decir, que no hay otra opción, que sale de dentro, no sé si la escritora intenta trasmitir al lector que piensa lo que siente o quiere hacernos sentir lo que piensa. Es un libro lleno de musicalidad, pasión y poesía. Remedios Zafra da valor a la escritura, a la importancia de verbalizar los sentimientos y escribirlos como primer paso para superar los problemas Despojada de mediadores y de máscaras alcancé una paz que desde hace años no sentí” . Aunque desde luego no es una novela costumbrista si nos descubre cómo las viejas creencias de los milagros y las viejas costumbres no son sólo eso sino una manera de sentir que los muertos no se van sino que se quedan “… y me da que morirse es algo que acontece allí donde se vive cada día…”” ...la gente no tiene ni idea de que mientras fingimos habitar en el mundo habitamos todo el rato en esa colcha o en aquella imagen…”

El libro termina con todos los elementos que ha ido utilizando a lo largo del libro para darnos su opinión en como utilizarlos: las miradas, las partes de nuestro cuerpo que nos hacen sentir las miradas, la muerte, las gentes, los amigos y los enemigos. Nos ofrece un final que sin desvelarlo os cuento que valora la importancia de estar conectados, con nuestra voluntad y la del otro, con nuestros sentimientos y los del otro, con nuestras experiencias y con las que nosotros mismos elaboramos “… agradezco ese regalo de la imaginación o del recuerdo donde mínimamente se trastocan los tiempos, y que en esos segundos seamos niños y seamos viejos”. Y yo creo que será nuestra propia mente la que nos permita esos viajes en el tiempo que tanto deseamos.

En los últimos tiempos creo que sin darme cuenta elijo lecturas para prepararme a los duelos que por mi edad aun siendo relativamente joven me toca ir viviendo. El filósofo Félix de Azua en la presentación de su libro El futuro del Arte dice que las artes explican el mundo y elige la música como el único arte que nos da conocimiento emocional del mundo, pero creo que si alguien consigue manejar el lenguaje lo suficientemente bien puede crear ese mundo emocional y dárnoslo a conocer. Remedios Zafra lo hace en este libro “… Hablan no sólo de un tiempo y de una muerte confusa proyectada en las letras sino de nuestra forma de habitar junto a los otros...”

sábado, 25 de marzo de 2023

RESEÑA DEL POEMARIO PERDER EL TIEMPO


 

Título: Perder el tiempo

Autor: Guillermo Marco Remón

Editorial: Isla Elefante

1º edición marzo 2023

Número de páginas: 87



 

 

 

Perder el tiempo llegó a mi por sorpresa. A veces vivir con un escritor te permite estar cerca de su proceso, cuando escribe, el lugar donde lo hace y cuando va a ser publicado sin embargo Guillermo llevaba un tiempo escribiendo y fue cuando ya no estaba en casa cuando ha sido publicado. En estos últimos días escuchando una conferencia alguien dijo que el tiempo es lo más democrático que tenemos porque todos tenemos veinticuatro horas cada día y cada uno de nosotros lo empleamos como queremos y creo que este libro va ayudar a quien lo lea a decidir su manera de vivir su tiempo. Siguiendo en mi linea de reseñas esta reseña también va a recoger mis impresiones personales como una lectora más.

El poemario se presenta con un breve Resumen y se desarrolla en cuatro partes. Mis poemas preferidos son el que abre el libro porque el autor nos cuenta lo que ha aprendido en sus veinticinco años, lo dice todo a través de los momentos de su vida y en los que yo he necesitado casi cuarenta años más para darme cuenta como se aprender a vivir. Otro de mis preferidos es el que termina el libro La respuesta al sentido de la vida y aquí en este poema me siento muy cerca de su manera de sentir donde la vista es a las miradas, el oído a la música que cada uno sentimos, el olfato a los olores que elegimos, el gusto a los sabores que nos hacen felices, el tacto a nuestros cuidados y añado algo que el autor nos dice sin palabras y es el espacio, el espacio que nosotros llenamos con nuestras emociones. Todos los poemas son más que preciosos de gran madurez literaria y humana, educa en sus poemas y enseña a vivir.

En las distintas maneras de relacionarnos con el tiempo interroga al lector para que cada cual se defina y nos da la oportunidad de vernos en nuestras propias historias. Veo un poeta joven donde el concepto del amor ha cambiado, rompe con el mito romántico y muestra que los hombres también pueden ser Penelope. Convierte en poesía el concepto del tiempo en el que la sociedad nos mete. Elige el domingo como un día diferente para perder el tiempo y reflexionar sobre nuestros sueños y nuestros ideales.

El mismo autor recupera la visión de su libro anterior Otras nubes, volver a su primer libro y nombrarlo y dar paso al siguiente demuestra una gran madurez como escritor y da fuerza a este libro donde su firma en mi opinión es que continua utilizando figuras poéticas de manera diferente al clasicismo poético y el guiño vanguardista de introducir erratas como forma de expresión. Nos recuerda los lugares donde se quedaría siempre o más bien donde queda lo vivido: el primer beso, un café, una cometa, su coche... Poemas que me recuerdan cuando en el colegio leí "Oda a una cuchara" de Pablo Neruda y pensé cómo se pueden hacer poemas tan bellos de algo tan sencillo, original y a la vez especial. La última parte del poemario nos enseña a despedirnos poco a poco de aquello que nos ata, nos atrapa, recuerdos, personas, objetos y experiencias. Elijo uno de sus últimos poemas como la manera poética que Guillermo Marco Remón tiene de despedirse:

DEDICATORIA

Si dentro de mil años escuchara

mi voz, el diálogo de mis poemas

con el piar de los pájaros de entonces,

me gustaría advertir que no fui nadie,

que nadie sabe quien soy, que mi nombre

atardeció, sin más, en el recuerdos de los que quise en vida,

que ellos fueron felices,

no me necesitaron

Como nos dice el editor somos aquello en lo que decidimos perder el tiempo, aconsejo su lectura a personas de todas las edades porque no sólo leerlo es un acto en lo que perdemos el tiempo sino también una emoción.


jueves, 16 de marzo de 2023

RESEÑA DEL POEMARIO PUREZA


 

Titulo: Pureza

Autor: Irene Domínguez

Lugar de publicación : Madrid

Editorial Rialp, accésit del premio Adonáis 2022

Publicado el 23 de enero de 2023

Número de páginas: 66


 

 

 

Sentada en una mesa grande cogí este libro como una pequeña joya. De donde yo parto para su lectura no es igual que de donde parte cualquier otro lector porque en algunos de los encuentros con Irene Domínguez ella nos ha hablado de su vida y de sus sentimientos. Mientras en estos encuentros se mostraba como una mujer que escucha en el poemario sobre todo vemos a una mujer que habla en voz alta con bellos poemas que nos hablan del amor, de los amores que envejecen y de los amores que nos hacen felices; de los enfrentamientos por creer y querer ser una misma; de las perdidas y la superación donde nos permite conocer a su padre y el amor de su madre hacia él; nos habla del feminismo y de ser feminista sin renunciar a ser mujer.

Me encanta el simbolismo que utiliza en sus poemas que nos recuerda a todas aquellas mujeres artistas que han comunicado sus emociones y sus luchas de alguna manera escondidas en esos símbolos cuando hay cosas difíciles de contar por ejemplo esas pompas de jabón donde quedan las emociones, ese caballito de madera para expresar el poder que ha querido tener desde niña.

Ha elegido como hilo conductor del poemario las muñecas Matrioskas, toda una metáfora que podemos darle distintos significados, pero que en el último poema desvela el significado para ella y es un broche de oro para esta pequeña joya. Mi hija también me regaló en una ocasión unas muñecas Matrioskas porque yo también las elegí para superar un momento donde el silencio no me ayudó a permanecer en mi casa, mi casa ideal, mi casa imaginada, mi casa habitada. También muestra la huella que la música va dejando en su vida y elige frases y poemas de distintos músicos.

Con sus poemas va construyendo su biografía, pero con contenidos universales que todos los que lo leemos nos vamos a sentir muy cerca de sus propias vivencias. El otro día escuché una conferencia sobre Ámbitos de la vida cotidiana y el arquitecto que la impartía nos hablaba que una vez que tenemos el sentimiento de pertenencia a una casa la vamos cambiando cuando permanecemos y cuando es así ofrecemos al otro nuestra pertenencia con nuestra hospitalidad. Creo que cada vez que leemos un libro nosotros ampliamos el ajuar de nuestra casa, de nuestro interior y nos da fuerza para compartirlo esta sería en mi opinión la fortaleza de este poemario.

Recuerdo cuando frente a la pantalla del ordenador compartía con mi hija el momento en el que Irene Domínguez recibió el premio, frente al micrófono leyó, leyó uno de sus poemas, se mostró feliz, segura y satisfecha porque ha sido fruto de mucho estudio, trabajo y superación.

Es más que recomendada su lectura.

miércoles, 8 de marzo de 2023

RESEÑA del libro "POR SI LAS VOCES VUELVEN"de Ángel Martín

 


TÍTULO: Por si las voces vuelven

AUTOR: Ángel Martín

LUGAR DE PUBLICACIÓN: Barcelona

FECHA: noviembre de 2021

Número de páginas: 256


Enciendo la radio y escucho la frase “mi gramo de locura”, me alegró saber que tener un gramo de locura no es tan malo, creía que era la frase de alguien que terminaba en ese momento de hablar, pero era un programa de radio que estaba terminando dedicado al testimonio de distintas personas que hablan de sus problemas mentales o actividades relacionadas con este tema. Este pasado mes de diciembre de repente también en la radio escuché la frase “por si las voces vuelven” y resultó ser el título de un libro, este libro que acabo de leer y que me regalaron por Navidad. Yo al igual que Ángel Martín nos cuenta en su libro, tenía callado mi problema, mi ingreso y la situación que cambió mi vida y por la que tuve que empezar de nuevo. Consideraba que con el estigma social que hay con las personas que han padecido alguna enfermedad mental, lo mejor era no decir nada a quien no sabía y disfrazar la realidad que yo había vivido para que las personas que me rodeaban me ayudaran a empezar de nuevo simplemente considerándome la misma de siempre y la verdad es que esta actitud me ayudó y mucho. Coincidiendo una vez más con el testimonio de Ángel Martín sólo cuando lo superas puedes hablar de ello e incluso leer un libro como éste donde te vas a ver más que retratada porque sólo el título lo dice todo, por esa razón esta reseña a la vez que voy contando de qué trata el libro y mis impresiones me voy a permitir porque así el autor nos propone que cuando hablemos de su libro también hablemos de nuestras experiencias.

Si tuviera que resumir brevemente el libro diría que es un monólogo escrito con toque de humor de alguien que vivió un brote psicótico. No podemos esperar encontrarnos con lo que normalmente entendemos por literatura porque su estilo es directo y utiliza un lenguaje muy coloquial incluso con emoticonos. Pero sin embargo, es un testimonio tan sincero y lo trasmite de una manera tan abierta que incluso podríamos hablar de una nueva forma de expresión literaria heredada del lenguaje que utilizamos en las redes sociales. A la vez su lectura puede ser terapéutica porque para las personas que lo leemos ofrece formas de afrontar los problemas mentales o de otro tipo, ese es su objetivo y en mi caso lo ha cumplido. El autor consciente de que no todos los lectores somos iguales, ni las razones que nos han llevado a leerlo son las mismas, nos hace sugerencias para no sentirte acomplejado si no quieres seguir leyéndolo o te sientes crítico ante lo que cuenta como me pasó a mi al principio que consideraba que  hablaba de una manera muy frívola de una situación tan complicada.

En el libro no sólo nos cuenta su historia personal y su evolución sino que también de manera trasversal nos plantea diversos temas como: la empatía, la telepatía, la sensibilidad, la creatividad, las redes sociales, el lenguaje y la psiquiatría. Cómo vivió su enfermedad mental está contado en dieciséis capítulos que siguen un orden cronológico desde el inicio de su enfermedad, cómo fue su ingreso hospitalario y la recuperación. 

 De todos los temas tratados hay un tema que creo que es muy importante en la actualidad y que yo también he vivido y es cómo las tecnologías en general pueden afectar a nuestra vida real y crear realidades paralelas en las que vivimos con muchos problemas. Coincidiendo con la lectura del libro y preocupada por este tema acudí a escuchar una conferencia sobre el Metaverso, allí especialistas en el tema nos hablaron de un futuro en el que quizá terminaremos acostumbrándonos a vivir en dos realidades, la analógica y la virtual, también se habló de la posible huella digital que dejará en nuestros cerebros y yo me pregunto si estos problemas que ahora catalogamos como enfermedad mental de crear distintas realidades no será ya un preámbulo de todo lo que nos espera y que nos afecta especialmente a un tipo de personas u otras según nuestros rasgos de personalidad. Para entender esto os cuento dos ejemplos uno me pasó de muy pequeña, la televisión acaba de llegar a nuestras casas y estando en casa de una amiga su abuelita estaba viendo una película de indios y vaqueros, pasamos por delante de la tele y ella asustada empezó a gritar “quitaros, quitaros que os pillan” cualquiera de no saber que esa anciana era la primera vez que veía la tele hubiera pensado que tendría demencia, pero no era así y ella encontró una respuesta adaptada según sus experiencias a una situación que nunca había vivido, sentía como real aquella escena de caballos galopando hacia nosotras. La otra situación me afectó a mi directamente, fue hace unos años con el ordenador personal recién llegado a casa, lo utilizaba cuando en mi entorno no era muy habitual, vamos que fui pionera en muchos de sus usos y observé que aparecían anuncios de lo que yo hablaba en casa, de lo que yo buscaba en el ordenador; que Google (ahora lo sé) decidió cambiar mi pantalla de inicio con noticias seleccionadas de lo que yo estaba interesada; que creó en sus actualizaciones (ahora también lo entiendo) un bloc de notas que yo no pedí creyendo que todo lo que allí escribía alguien lo leía, vaya que llegué a pensar que alguien estaba hackeando mi ordenador y mi vida; que estaba siendo vigilada y que alguien que me debía querer mucho que yo lo personifique en alguien cercano a mi me estaba ayudando a través del ordenador y también de mi móvil, aquel Motorola moderno donde como novedad podías recibir noticias y alguien se comunicaba conmigo encriptando historias como también Angel Martín creyó en sus ámbitos, donde los mensajes de texto se escribían ya con un texto predictivo que todos conocemos ahora, pero que entonces era tan nuevo que yo llegué también a pensar que era una forma de comunicarme con aquella persona que tanto me debía querer y que nunca he llegado a conocer. Yo además estaba pasando por un momento muy difícil de mi vida y no tenía amigos de confianza con quien hablar de algo que me confundía tanto. No muy tarde conocimos como funcionan las cookies y apareció la autorización a usarlas o no, al principio el derecho a la privacidad no existía. Ahora conocemos que es la Inteligencia Artificial la que nos ayuda a escribir nuestros mensajes y con la que nos peleamos tanto, que podemos autorizar o no el uso de algunos de nuestros datos y también conocemos que las web cam pueden ser utilizadas aunque tu no lo sepas y que todo lo que hablas en voz alta es capturado por los algoritmos de Google para enviarte lo que tu deseas o no. Hay quien dice que los ordenadores y redes sociales vuelven loca a la gente y en mi caso de alguna manera lo fue, me pasó como a la ancianita que creía que los indios montados a caballo se estaban metiendo en el salón de su casa. Recordemos que antiguamente también lo decían de los libros que leer mucho era muy peligroso sobre todo para las mujeres; cuando aparecieron los coches se decía que quién se subía en ellos era un endemoniado y con las fotografías que robaba el alma de las personas “creo que hemos olvidado lo frágiles que somos” nos dice Ángel Martín. Y yo creo que mi problema mental mal diagnosticado tuvo que ver mucho con todo aquello y me atrevería a decir que en el caso de Ángel Martín también influyó. La sociedad necesita formarse en todos estos temas, ahora incluso disfruto de la información que recibo porque yo la elijo y de los nuevos amigos con los que comparto muchas cosas.

Avanzando en el libro el autor nos relata que recibió terapia, medicación y se recuperó, pero creo que es importante contar que en mi caso y el de otras personas que conozco no fue así. La salud mental en nuestro sistema deja mucho que desear, el tratamiento se limita a la medicación y si es necesario un ingreso hospitalario puede causarte más problemas que no tenías y minar tu autoestima hasta desaparecer tu identidad y en mi caso hasta perder mi trabajo. En el hospital leer una revista, montar en bicicleta estática, colorear un mándala o escuchar la radio se convirtieron en mi salvavidas y a la vez en un reto porque no encuentras apoyo ni en médicos, enfermeros o cuidadores tienes que responder al perfil diseñado para tu enfermedad. Tener el apoyo de familiares, amigos o compañeros hubiera sido también algo muy importante en mi recuperación como le sucedió a Ángel Martín, pero en mi caso todos desaparecieron, salvo mis hijos.

Otro de los temas que también nos señala el autor esta relacionado con la sensibilidad, lo que unos percibimos no es lo mismo que otros, que lo que unos ni lo ven, ni lo oyen, ni lo sienten, otros sí. En la exposición del Espacio Fundación Telefónica, Cerebro(s) hay destacada una frase que dijo Leonardo da Vinci: “Todo nuestro conocimiento tiene su origen en nuestras percepciones” y claro nuestras percepciones no son iguales en todos como nos dice Ángel Martín en el libro ”cuando te vuelves loco tus sentidos se agudizan a niveles increíbles” “los niveles de endorfina, dopamina y oxitocina se habían disparado” “mientras estuviste loco, tu cabeza amplificó detalles insignificantes que para ti habían pasado inadvertidos todo el tiempo...”

También nos habla de la empatía en varias ocasiones pero yo la quiero resaltar cuando el cree estar loco porque creía hablar con su perro por telepatía y hay que recordar que los perros tienen empatía como los humanos y son capaces de percibir emociones de sus dueños y leer sus gestos y movimientos para este tema aconsejo leer un libro que también he reseñado en este blog “La era de la empatía” de Frans de Waal. Incluye  las conversaciones telepáticas con su novia de las que hay mucha literatura y que quizá en un futuro se expliquen científicamente y no sean producto de una mente enferma sino diferente.

Por último, otro tema muy importante son las mentes creativas ya que en el mundo de los artistas o porque se conocen más o porque se dan más, hay muchos casos de enfermedades mentales. Algunos artistas consiguen llegar a momentos realmente creativos con drogas, como él, pero no necesariamente es la causa de desarrollar una enfermedad mental. La creatividad podría hasta explicar las conversaciones encriptadas que Angel Martín  mantuvo en sus redes sociales creando otra realidad paralela. Creo que como humorista y actor como el mismo nos dice reconoce “el valor de las palabras y el poder de las preguntas”.

Lo que en mi opinión da un valor extraordinario al libro es su desenlace ya que encontramos como propuesta de superación (aunque no lo quiero desvelar del todo) ”volverme loco es de lo mejor que me ha pasado en la vida” y para recuperarse rescata las cosas que le ayudaban a sentirse en paz porque las disfrutaba de verdad, hasta se pregunta “¿Y si en realidad no estuve loco?”

Aconsejo su lectura porque nos va ayudar a todas las personas afectadas de alguna enfermedad mental y también a los no afectados porque conociendo podemos luchar contra el estigma de las enfermedades mentales. Se dice que la pandemia y el estar confinados ha traído muchos problemas mentales y ahora se empieza hablar con cierta naturalidad. Espero que mi reseña también abra otras puertas en las investigaciones que no sólo tengan que ver con la química de nuestro cerebro.