sábado, 31 de diciembre de 2016

Reseña de "El Jinete Polaco"





Título: El jinete polaco
Autor: Antonio Muñoz Molina
Editorial Planeta 1991
N.º de páginas: 657





Una obra magistral, digna de un premio literario como el que recibió. Algunos dicen que es una obra generacional, que habla de una generación nacida entre los cincuenta y los sesenta y de todo lo que a esta generación le rodeó, unos abuelos que vivieron de jóvenes la guerra civil española, unos padres que sufrieron la posguerra y vivieron durante la dictadura del general Franco, y ellos en si mismos que vivieron en su juventud la transición política española y el desarrollo de una nueva sociedad. Yo que pertenezco a esta generación me he sentido muy cómoda en algunos momentos y muy incómoda en otros porque es como si estuviera hablando de mi misma, de mi pasado y el de mi familia y de mis devenires, todo ello respirando un halo de nostalgia y melancolía.
Lo importante en la novela no es lo que sucede sino lo que los personajes piensan o sienten. Es un libro de recuerdos y emociones, también de evocaciones y de futuro. Va y viene en el tiempo, cambian los escenarios, los personajes e incluso se alternan las edades de los personajes. Al principio estos cambios crean un poco de confusión pero poco a poco te vas sintiendo a gusto en su estilo ya que el autor maneja estos vaivenes del tiempo con absoluta destreza: “Íbamos a llegar tarde al mundo, pero no lo sabíamos, nos preparábamos avariciosamente para asistir a una fiesta que ya había terminado...”
El jinete polaco que da título al libro nos acompaña durante toda la novela, es un hilo conductor en las historias contadas, se trata del personaje de un grabado de una obra de Rembrant, “...miraba el grabado de aquel jinete que cabalgaba de noche junto a una montaña en cuya cima había una torre...” A través de las descripciones de este grabado el autor va introduciendo al lector en las emociones de los personajes, soledad, lucha, amor, muerte… y a su vez en cada descripción, que las hay a lo largo de todo el libro, nos desvela un nuevo detalle del grabado.
Otro de los hilos conductores del argumento es el personaje de Ramiro retratista, es un fotógrafo que aparece en casi todos los escenarios, a través de él y de sus fotos conocemos a los personajes, sus historias y sus entresijos.
Los protagonistas de la historia son Manuel y Nadia, los dos nacidos en Mágina, un pequeño pueblo lleno de personajes con misterios y secretos, como la vida misma. Entre los personajes están el bisabuelo Pedro Expósito, los abuelos Manuel y Leonor, los padres de Manuel, el padre de Nadia, el comandante Galaz, el médico Don Mercurio, el inspector Florencio Pérez, el cochero Julián, el guardia Murciano, el forense Galindo, el tío Rafael, el teniente Chamorro, el tío Pepe, los amigos, Marina y Donald y algunos más. Los escenarios donde se desarrolla la historia son además del pueblo Mágina, Madrid, Nueva York y Chicago. Manuel le habla a Nadia de su vida y le cuenta lo que le han contado sus abuelos y sus padres, a través de estas conversaciones, el reconoce y descubre su propia identidad.
Todo esto en un lenguaje natural y fluido de frases largas y párrafos interminables donde uno puede introducirse en las vidas de los personajes, sus emociones y sus pensamientos y no sentir otra cosa que las ganas de reconocerse a uno mismo como lo hace el protagonista, Ya no soy quien fui, y por eso puedo hablar en tercera persona, pero aun siendo otro he cambiado mucho menos...”.
Alterna el uso de la primera y tercera persona según estén hablando el protagonista de si mismo o de otros. Me gusta su riqueza expresiva y el uso adecuado de los sustantivos, a veces cuesta enfrentarse al tinte triste y melancólico de sus párrafos.
Aconsejo su lectura incluso a los lectores que no pertenezcan a la generación del protagonista, es un gran libro con el que puedes sentirte artista creando un nuevo personaje, tu mismo.