sábado, 25 de marzo de 2023

RESEÑA DEL POEMARIO PERDER EL TIEMPO


 

Título: Perder el tiempo

Autor: Guillermo Marco Remón

Editorial: Isla Elefante

1º edición marzo 2023

Número de páginas: 87



 

 

 

Perder el tiempo llegó a mi por sorpresa. A veces vivir con un escritor te permite estar cerca de su proceso, cuando escribe, el lugar donde lo hace y cuando va a ser publicado sin embargo Guillermo llevaba un tiempo escribiendo y fue cuando ya no estaba en casa cuando ha sido publicado. En estos últimos días escuchando una conferencia alguien dijo que el tiempo es lo más democrático que tenemos porque todos tenemos veinticuatro horas cada día y cada uno de nosotros lo empleamos como queremos y creo que este libro va ayudar a quien lo lea a decidir su manera de vivir su tiempo. Siguiendo en mi linea de reseñas esta reseña también va a recoger mis impresiones personales como una lectora más.

El poemario se presenta con un breve Resumen y se desarrolla en cuatro partes. Mis poemas preferidos son el que abre el libro porque el autor nos cuenta lo que ha aprendido en sus veinticinco años, lo dice todo a través de los momentos de su vida y en los que yo he necesitado casi cuarenta años más para darme cuenta como se aprender a vivir. Otro de mis preferidos es el que termina el libro La respuesta al sentido de la vida y aquí en este poema me siento muy cerca de su manera de sentir donde la vista es a las miradas, el oído a la música que cada uno sentimos, el olfato a los olores que elegimos, el gusto a los sabores que nos hacen felices, el tacto a nuestros cuidados y añado algo que el autor nos dice sin palabras y es el espacio, el espacio que nosotros llenamos con nuestras emociones. Todos los poemas son más que preciosos de gran madurez literaria y humana, educa en sus poemas y enseña a vivir.

En las distintas maneras de relacionarnos con el tiempo interroga al lector para que cada cual se defina y nos da la oportunidad de vernos en nuestras propias historias. Veo un poeta joven donde el concepto del amor ha cambiado, rompe con el mito romántico y muestra que los hombres también pueden ser Penelope. Convierte en poesía el concepto del tiempo en el que la sociedad nos mete. Elige el domingo como un día diferente para perder el tiempo y reflexionar sobre nuestros sueños y nuestros ideales.

El mismo autor recupera la visión de su libro anterior Otras nubes, volver a su primer libro y nombrarlo y dar paso al siguiente demuestra una gran madurez como escritor y da fuerza a este libro donde su firma en mi opinión es que continua utilizando figuras poéticas de manera diferente al clasicismo poético y el guiño vanguardista de introducir erratas como forma de expresión. Nos recuerda los lugares donde se quedaría siempre o más bien donde queda lo vivido: el primer beso, un café, una cometa, su coche... Poemas que me recuerdan cuando en el colegio leí "Oda a una cuchara" de Pablo Neruda y pensé cómo se pueden hacer poemas tan bellos de algo tan sencillo, original y a la vez especial. La última parte del poemario nos enseña a despedirnos poco a poco de aquello que nos ata, nos atrapa, recuerdos, personas, objetos y experiencias. Elijo uno de sus últimos poemas como la manera poética que Guillermo Marco Remón tiene de despedirse:

DEDICATORIA

Si dentro de mil años escuchara

mi voz, el diálogo de mis poemas

con el piar de los pájaros de entonces,

me gustaría advertir que no fui nadie,

que nadie sabe quien soy, que mi nombre

atardeció, sin más, en el recuerdos de los que quise en vida,

que ellos fueron felices,

no me necesitaron

Como nos dice el editor somos aquello en lo que decidimos perder el tiempo, aconsejo su lectura a personas de todas las edades porque no sólo leerlo es un acto en lo que perdemos el tiempo sino también una emoción.


jueves, 16 de marzo de 2023

RESEÑA DEL POEMARIO PUREZA


 

Titulo: Pureza

Autor: Irene Domínguez

Lugar de publicación : Madrid

Editorial Rialp, accésit del premio Adonáis 2022

Publicado el 23 de enero de 2023

Número de páginas: 66


 

 

 

Sentada en una mesa grande cogí este libro como una pequeña joya. De donde yo parto para su lectura no es igual que de donde parte cualquier otro lector porque en algunos de los encuentros con Irene Domínguez ella nos ha hablado de su vida y de sus sentimientos. Mientras en estos encuentros se mostraba como una mujer que escucha en el poemario sobre todo vemos a una mujer que habla en voz alta con bellos poemas que nos hablan del amor, de los amores que envejecen y de los amores que nos hacen felices; de los enfrentamientos por creer y querer ser una misma; de las perdidas y la superación donde nos permite conocer a su padre y el amor de su madre hacia él; nos habla del feminismo y de ser feminista sin renunciar a ser mujer.

Me encanta el simbolismo que utiliza en sus poemas que nos recuerda a todas aquellas mujeres artistas que han comunicado sus emociones y sus luchas de alguna manera escondidas en esos símbolos cuando hay cosas difíciles de contar por ejemplo esas pompas de jabón donde quedan las emociones, ese caballito de madera para expresar el poder que ha querido tener desde niña.

Ha elegido como hilo conductor del poemario las muñecas Matrioskas, toda una metáfora que podemos darle distintos significados, pero que en el último poema desvela el significado para ella y es un broche de oro para esta pequeña joya. Mi hija también me regaló en una ocasión unas muñecas Matrioskas porque yo también las elegí para superar un momento donde el silencio no me ayudó a permanecer en mi casa, mi casa ideal, mi casa imaginada, mi casa habitada. También muestra la huella que la música va dejando en su vida y elige frases y poemas de distintos músicos.

Con sus poemas va construyendo su biografía, pero con contenidos universales que todos los que lo leemos nos vamos a sentir muy cerca de sus propias vivencias. El otro día escuché una conferencia sobre Ámbitos de la vida cotidiana y el arquitecto que la impartía nos hablaba que una vez que tenemos el sentimiento de pertenencia a una casa la vamos cambiando cuando permanecemos y cuando es así ofrecemos al otro nuestra pertenencia con nuestra hospitalidad. Creo que cada vez que leemos un libro nosotros ampliamos el ajuar de nuestra casa, de nuestro interior y nos da fuerza para compartirlo esta sería en mi opinión la fortaleza de este poemario.

Recuerdo cuando frente a la pantalla del ordenador compartía con mi hija el momento en el que Irene Domínguez recibió el premio, frente al micrófono leyó, leyó uno de sus poemas, se mostró feliz, segura y satisfecha porque ha sido fruto de mucho estudio, trabajo y superación.

Es más que recomendada su lectura.

miércoles, 8 de marzo de 2023

RESEÑA del libro "POR SI LAS VOCES VUELVEN"de Ángel Martín

 


TÍTULO: Por si las voces vuelven

AUTOR: Ángel Martín

LUGAR DE PUBLICACIÓN: Barcelona

FECHA: noviembre de 2021

Número de páginas: 256


Enciendo la radio y escucho la frase “mi gramo de locura”, me alegró saber que tener un gramo de locura no es tan malo, creía que era la frase de alguien que terminaba en ese momento de hablar, pero era un programa de radio que estaba terminando dedicado al testimonio de distintas personas que hablan de sus problemas mentales o actividades relacionadas con este tema. Este pasado mes de diciembre de repente también en la radio escuché la frase “por si las voces vuelven” y resultó ser el título de un libro, este libro que acabo de leer y que me regalaron por Navidad. Yo al igual que Ángel Martín nos cuenta en su libro, tenía callado mi problema, mi ingreso y la situación que cambió mi vida y por la que tuve que empezar de nuevo. Consideraba que con el estigma social que hay con las personas que han padecido alguna enfermedad mental, lo mejor era no decir nada a quien no sabía y disfrazar la realidad que yo había vivido para que las personas que me rodeaban me ayudaran a empezar de nuevo simplemente considerándome la misma de siempre y la verdad es que esta actitud me ayudó y mucho. Coincidiendo una vez más con el testimonio de Ángel Martín sólo cuando lo superas puedes hablar de ello e incluso leer un libro como éste donde te vas a ver más que retratada porque sólo el título lo dice todo, por esa razón esta reseña a la vez que voy contando de qué trata el libro y mis impresiones me voy a permitir porque así el autor nos propone que cuando hablemos de su libro también hablemos de nuestras experiencias.

Si tuviera que resumir brevemente el libro diría que es un monólogo escrito con toque de humor de alguien que vivió un brote psicótico. No podemos esperar encontrarnos con lo que normalmente entendemos por literatura porque su estilo es directo y utiliza un lenguaje muy coloquial incluso con emoticonos. Pero sin embargo, es un testimonio tan sincero y lo trasmite de una manera tan abierta que incluso podríamos hablar de una nueva forma de expresión literaria heredada del lenguaje que utilizamos en las redes sociales. A la vez su lectura puede ser terapéutica porque para las personas que lo leemos ofrece formas de afrontar los problemas mentales o de otro tipo, ese es su objetivo y en mi caso lo ha cumplido. El autor consciente de que no todos los lectores somos iguales, ni las razones que nos han llevado a leerlo son las mismas, nos hace sugerencias para no sentirte acomplejado si no quieres seguir leyéndolo o te sientes crítico ante lo que cuenta como me pasó a mi al principio que consideraba que  hablaba de una manera muy frívola de una situación tan complicada.

En el libro no sólo nos cuenta su historia personal y su evolución sino que también de manera trasversal nos plantea diversos temas como: la empatía, la telepatía, la sensibilidad, la creatividad, las redes sociales, el lenguaje y la psiquiatría. Cómo vivió su enfermedad mental está contado en dieciséis capítulos que siguen un orden cronológico desde el inicio de su enfermedad, cómo fue su ingreso hospitalario y la recuperación. 

 De todos los temas tratados hay un tema que creo que es muy importante en la actualidad y que yo también he vivido y es cómo las tecnologías en general pueden afectar a nuestra vida real y crear realidades paralelas en las que vivimos con muchos problemas. Coincidiendo con la lectura del libro y preocupada por este tema acudí a escuchar una conferencia sobre el Metaverso, allí especialistas en el tema nos hablaron de un futuro en el que quizá terminaremos acostumbrándonos a vivir en dos realidades, la analógica y la virtual, también se habló de la posible huella digital que dejará en nuestros cerebros y yo me pregunto si estos problemas que ahora catalogamos como enfermedad mental de crear distintas realidades no será ya un preámbulo de todo lo que nos espera y que nos afecta especialmente a un tipo de personas u otras según nuestros rasgos de personalidad. Para entender esto os cuento dos ejemplos uno me pasó de muy pequeña, la televisión acaba de llegar a nuestras casas y estando en casa de una amiga su abuelita estaba viendo una película de indios y vaqueros, pasamos por delante de la tele y ella asustada empezó a gritar “quitaros, quitaros que os pillan” cualquiera de no saber que esa anciana era la primera vez que veía la tele hubiera pensado que tendría demencia, pero no era así y ella encontró una respuesta adaptada según sus experiencias a una situación que nunca había vivido, sentía como real aquella escena de caballos galopando hacia nosotras. La otra situación me afectó a mi directamente, fue hace unos años con el ordenador personal recién llegado a casa, lo utilizaba cuando en mi entorno no era muy habitual, vamos que fui pionera en muchos de sus usos y observé que aparecían anuncios de lo que yo hablaba en casa, de lo que yo buscaba en el ordenador; que Google (ahora lo sé) decidió cambiar mi pantalla de inicio con noticias seleccionadas de lo que yo estaba interesada; que creó en sus actualizaciones (ahora también lo entiendo) un bloc de notas que yo no pedí creyendo que todo lo que allí escribía alguien lo leía, vaya que llegué a pensar que alguien estaba hackeando mi ordenador y mi vida; que estaba siendo vigilada y que alguien que me debía querer mucho que yo lo personifique en alguien cercano a mi me estaba ayudando a través del ordenador y también de mi móvil, aquel Motorola moderno donde como novedad podías recibir noticias y alguien se comunicaba conmigo encriptando historias como también Angel Martín creyó en sus ámbitos, donde los mensajes de texto se escribían ya con un texto predictivo que todos conocemos ahora, pero que entonces era tan nuevo que yo llegué también a pensar que era una forma de comunicarme con aquella persona que tanto me debía querer y que nunca he llegado a conocer. Yo además estaba pasando por un momento muy difícil de mi vida y no tenía amigos de confianza con quien hablar de algo que me confundía tanto. No muy tarde conocimos como funcionan las cookies y apareció la autorización a usarlas o no, al principio el derecho a la privacidad no existía. Ahora conocemos que es la Inteligencia Artificial la que nos ayuda a escribir nuestros mensajes y con la que nos peleamos tanto, que podemos autorizar o no el uso de algunos de nuestros datos y también conocemos que las web cam pueden ser utilizadas aunque tu no lo sepas y que todo lo que hablas en voz alta es capturado por los algoritmos de Google para enviarte lo que tu deseas o no. Hay quien dice que los ordenadores y redes sociales vuelven loca a la gente y en mi caso de alguna manera lo fue, me pasó como a la ancianita que creía que los indios montados a caballo se estaban metiendo en el salón de su casa. Recordemos que antiguamente también lo decían de los libros que leer mucho era muy peligroso sobre todo para las mujeres; cuando aparecieron los coches se decía que quién se subía en ellos era un endemoniado y con las fotografías que robaba el alma de las personas “creo que hemos olvidado lo frágiles que somos” nos dice Ángel Martín. Y yo creo que mi problema mental mal diagnosticado tuvo que ver mucho con todo aquello y me atrevería a decir que en el caso de Ángel Martín también influyó. La sociedad necesita formarse en todos estos temas, ahora incluso disfruto de la información que recibo porque yo la elijo y de los nuevos amigos con los que comparto muchas cosas.

Avanzando en el libro el autor nos relata que recibió terapia, medicación y se recuperó, pero creo que es importante contar que en mi caso y el de otras personas que conozco no fue así. La salud mental en nuestro sistema deja mucho que desear, el tratamiento se limita a la medicación y si es necesario un ingreso hospitalario puede causarte más problemas que no tenías y minar tu autoestima hasta desaparecer tu identidad y en mi caso hasta perder mi trabajo. En el hospital leer una revista, montar en bicicleta estática, colorear un mándala o escuchar la radio se convirtieron en mi salvavidas y a la vez en un reto porque no encuentras apoyo ni en médicos, enfermeros o cuidadores tienes que responder al perfil diseñado para tu enfermedad. Tener el apoyo de familiares, amigos o compañeros hubiera sido también algo muy importante en mi recuperación como le sucedió a Ángel Martín, pero en mi caso todos desaparecieron, salvo mis hijos.

Otro de los temas que también nos señala el autor esta relacionado con la sensibilidad, lo que unos percibimos no es lo mismo que otros, que lo que unos ni lo ven, ni lo oyen, ni lo sienten, otros sí. En la exposición del Espacio Fundación Telefónica, Cerebro(s) hay destacada una frase que dijo Leonardo da Vinci: “Todo nuestro conocimiento tiene su origen en nuestras percepciones” y claro nuestras percepciones no son iguales en todos como nos dice Ángel Martín en el libro ”cuando te vuelves loco tus sentidos se agudizan a niveles increíbles” “los niveles de endorfina, dopamina y oxitocina se habían disparado” “mientras estuviste loco, tu cabeza amplificó detalles insignificantes que para ti habían pasado inadvertidos todo el tiempo...”

También nos habla de la empatía en varias ocasiones pero yo la quiero resaltar cuando el cree estar loco porque creía hablar con su perro por telepatía y hay que recordar que los perros tienen empatía como los humanos y son capaces de percibir emociones de sus dueños y leer sus gestos y movimientos para este tema aconsejo leer un libro que también he reseñado en este blog “La era de la empatía” de Frans de Waal. Incluye  las conversaciones telepáticas con su novia de las que hay mucha literatura y que quizá en un futuro se expliquen científicamente y no sean producto de una mente enferma sino diferente.

Por último, otro tema muy importante son las mentes creativas ya que en el mundo de los artistas o porque se conocen más o porque se dan más, hay muchos casos de enfermedades mentales. Algunos artistas consiguen llegar a momentos realmente creativos con drogas, como él, pero no necesariamente es la causa de desarrollar una enfermedad mental. La creatividad podría hasta explicar las conversaciones encriptadas que Angel Martín  mantuvo en sus redes sociales creando otra realidad paralela. Creo que como humorista y actor como el mismo nos dice reconoce “el valor de las palabras y el poder de las preguntas”.

Lo que en mi opinión da un valor extraordinario al libro es su desenlace ya que encontramos como propuesta de superación (aunque no lo quiero desvelar del todo) ”volverme loco es de lo mejor que me ha pasado en la vida” y para recuperarse rescata las cosas que le ayudaban a sentirse en paz porque las disfrutaba de verdad, hasta se pregunta “¿Y si en realidad no estuve loco?”

Aconsejo su lectura porque nos va ayudar a todas las personas afectadas de alguna enfermedad mental y también a los no afectados porque conociendo podemos luchar contra el estigma de las enfermedades mentales. Se dice que la pandemia y el estar confinados ha traído muchos problemas mentales y ahora se empieza hablar con cierta naturalidad. Espero que mi reseña también abra otras puertas en las investigaciones que no sólo tengan que ver con la química de nuestro cerebro.