miércoles, 26 de julio de 2023

Reseña del libro La mujer temblorosa.


 

Título: La mujer temblorosa o la historia de mis nervios

Autora: Siri Hustvedt

Traducción del inglés por Cecilia Ceriani

Editorial Seix Barral

Editado en 2020

N.º de páginas 238


 

 

 

Es el segundo libro que leo de Siri Hustvedt. Creo que me ilusionado por seguir sabiendo de esta mujer porque siento una gran admiración desde que la escuché en su discurso en la entrega del premio Principe de Asturias. Y además también estoy muy ilusionada con los temas que tienen que ver con la psicología para entenderme a mi y a los demás aunque cómo ella nos dice “Todos hacemos extrapolaciones de nuestra existencia para poder entender el mundo. En el arte esto se considera una ventaja, pero en la ciencia se considera una contaminación” . Yo creía que La mujer temblorosa lo habría escrito después de la novela El verano sin hombres porque es un ensayo sobre enfermedad mental y en la novela la protagonista se ve afectada por ello y nos daría una explicación científica de lo que en un principio fue una novela, pero mi sorpresa es que no fue así sino al revés.

La escritora está motivada a estudiar su propia enfermedad porque los médicos no le han dado un diagnóstico claro ni tampoco ha respondido a ningún tratamiento, este libro es un resumen de sus investigaciones y estudios en todos los campos que tienen que ver con la mente y el cerebro. Es un grato paseo por la Historia de la Psicología, pero exactamente no con un orden cronológico sino que va y viene uniendo de manera argumentativa experiencias, vivencias, síntomas y opinión. A la vez de expresarnos sus conocimientos sobre los temas que trata, es muy crítica con psicólogos y médicos cuando intentan dar respuestas con diagnósticos nada claros y aplican tratamientos sobre todo farmacológicos. Nos plantea preguntas que van asociadas a planteamientos filosóficos y que si en la ciencia se encontraran respuestas incluso cambiaran el sentido de nuestra vida. “¿Estamos a cargo de nuestro destino o sólo creemos que decidimos nuestros propios actos?¿Y qué mecanismo decide que decidamos?”

Combinar conocimiento y literatura no es tarea fácil y ella lo consigue y en algunas ocasiones con una prosa hasta poética “Estamos habitados, ocupados, somos seres plurales y siempre vivimos en relación con ese mundo exterior que percibimos como seres corporales y no solamente como cerebros”; habla de nuestra subjetividad que va cambiando y formándose con nuestras experiencias, el yo, el tú y lo nuestro se mezcla y a veces no hay linea que lo separe “somos espejos unos de otros”; habla de los recuerdos y como al recordarlos los reconsolidamos no cómo fueron en realidad sino como nos sentimos cuando los recordamos lo que ella llama “memoria del observador” y como en los podcasts que escucho titulado “Entiende tu mente” el psicólogo Luis Muiño llama falsa memoria; también nos habla de su proceso para escribir “Mis ficciones necesitan estar enraizadas como lo están las experiencias que he vivido”; resalta el valor de las personas sensibles y con alta empatía que quizá forman un grupo social diferente entre las que se incluye “Yo parezco traducirlo todo a sentimientos y sensaciones corporales”; y como feminista nos habla de cómo la mujer a lo largo de la historia de la Psicología ha sido también victima sólo por el hecho de ser mujer “A pesar de que los autores del artículo dejan entrever una conexión entre las experiencias horribles que tuvo que vivir esa mujer y su enfermedad no hacen hincapié en ello...”

Algo muy importante y que la define a lo largo de todo el libro es la importancia que da al lenguaje para definirnos y para liberarnos de nuestros problemas porque cuando contamos estamos aceptando y poniendo nombre a lo que vivimos, tuvo la gran experiencia de trabajar en un taller de escritura en un hospital con personas afectadas de enfermedad mental “Sin el lenguaje no puede existir un ser autobiográfico””Me sentí muy aliviada. Después de almorzar, impartí mis dos clases de escritura creativa en el hospital como de costumbre”, un gran ejemplo de sociedad porque en mi experiencia cuando tienes un diagnóstico como ella te relegan de la actividad intelectual y te declaran incapacitada.

Últimamente con la revolución tecnológica que estamos afrontando quizá la tecnología pueda ayudarnos a resolver ciertos problemas mentales o quizá sea lo que los está provocando inicialmente como cuento en mi reseña del libro de Ángel Martín Por si las voces vuelven. Algunas personas consideran que es mejor estar conectados y que la tecnología es un gran adelanto en nuestra sociedad en evolución, otros incluso les gustaría que la tecnología nos ayudara a estar en la mente de los otros para saber como piensan o como son su procesos y Siri Hustvedt también se lo plantea “… y nos hemos preguntado que sentiríamos si pudiéramos entrar en la mente de otros…”. Este invierno vi una película que trataba a modo de ficción esa realidad titulada Being John Malkovich da respuesta cinematográfica a lo que todos quizá nos hemos preguntado alguna vez como Siri, en la película para los que lo experimentan es una experiencia sorprendente, pero para el que sufre “el okupa” es lo más horrible que puede vivir porque pierde su identidad y su libertad. Así que quizá de momento sea mejor quedarnos con la forma que nos ofrece Siri Hustvedt como escritora:“La forma de acercarnos más a la mente del otro individuo es a través de la lectura, después de todo, leer es una forma de vivir dentro de las palabras de otra persona”.

A final del libro la autora personaliza sus propias conclusiones para afrontar a la mujer temblorosa que hay en ella como cada uno de nosotros podemos hacerlo al leer el libro y plantearnos que hacer con aquellas debilidades que aunque no las demostremos nos hacen sentirnos a veces vulnerables y a veces humillados, no os las voy a desvelar para que aquel que se sienta motivado lo leáis “La historia de la mujer temblorosa es la narración de un hecho repetido que, con el paso del tiempo, fue ganando múltiples significados al considerarlo desde diferentes perspectivas”.

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