domingo, 4 de junio de 2017

Reseña de "Cien años de soledad"

 



Título: Cien años de soledad
Autor: Gabriel García Márquez
Editorial: Alfaguara
Edición conmemorativa
Real Academia Española
Asociación de academias de la lengua española
Nº de páginas: 471








Con motivo del día del libro un medio periodístico publicó los gustos literarios de personas conocidas, decidí leerlos y cayó en mis manos una lista de diez libros que al leerlos no te dejan indiferente. Cien años de soledad era uno de los libros que estaban en la lista. Había oído de la gran calidad literaria del libro pero todavía no me había decidido a leerlo. La tentación de hacerlo fue mayor al tener en casa una edición conmemorativa publicada por la Real Academia Española y me decidí saldar esta deuda pendiente.
Casi todos sus personajes sienten la soledad de una manera u otra, una soledad buscada, una soledad contagiada y una soledad heredada.« Llevaron niños de todas las edades, de todos los colores, pero todos varones y todos con un aire de soledad que no permitía poner en duda el parentesco». El libro tiene una calidad que hasta uno mismo puede sentir la soledad tal y como la sienten cada uno de sus personajes. La narración es perfecta, las acciones van cobrando sentido conforme se desarrolla el argumento. Cada palabra está en su sitio, es como si las cosas no pudieran ser de otra manera, todo parece estar medido y a su vez es un derroche de imaginación. Gabriel García Márquez te mantiene a la expectativa esperando ver con que te sorprende.
Trata de la historia de una sociedad que se mezcla con la de una estirpe familiar, los destinos de ambas se condicionan y se definen. La ciudad imaginaria donde se desarrolla se llama Macondo y la familia Buendía. Los nombres de la familia se repiten y viene bien tener al lado un árbol genealógico para seguirlo, aunque está tan bien narrado que cuando te surge alguna duda siempre hay en la misma frase o en la frase siguiente algún detalle que te recuerda de quien se trata. A veces la relación familiar desaparece o aparece en un segundo plano para resaltar el personaje. Aurelianos, José Arcadios, Amarantas, Remedios, Úrsula, Pilar Ternera, Petra Cotes, Santa Sofía de la Piedad son sus personajes principales y luego hay un despliegue de bellos personajes secundarios.
Utiliza un lenguaje cercano a la cultura latinoamericana también adaptado a la sociedad que describe. Narra situaciones irreales pero verosímiles, como el hilo de sangre que hace un recorrido cuando matan a José Arcadio, o la lluvia de flores amarillas cuando muere otro de los personajes.
En ocasiones es tremendista y da soluciones exagerando los aspectos más crudos de la vida.
Hace una perfecta descripción de las emociones de los personajes a través de los objetos y las estancias que les rodean, recuerdo la parte en que describe el luto de Rebeca por su marido y como afrenta la vida a partir de su muerte:«Cerrada de negro hasta los puños, con el corazón convertido en cenizas, apenas si tenía noticias de la guerra» , son unos párrafos preciosos. En otras ocasiones dice sin decir, por ejemplo en el capítulo donde narra la muerte de Aureliano va contando las circunstancias que rodean al hecho y el lector saca sus propias conclusiones «… metió la cabeza entre los hombros, como un pollito, y se quedó inmóvil con la frente apoyada en el tronco del castaño. La familia no se enteró hasta el día siguiente...»
Poco puedo añadir a todo lo que se ha escrito de este libro que se ha comparado por su calidad y significado con El Quijote. He tratado de dar mi visión personal y espero que os haya gustado.
Carlos del Amor, el periodista que lo recomendó, tenía razón al elegir este libro como una novela que te cambia por dentro no sólo produce un cambio en tu visión ante la vida sino también de tu visión ante la literatura manteniendo a su vez una relación de familiaridad con sus personajes. Me siento distinta después de leerlo y me siento satisfecha por pertenecer al grupo de lectores que tienen esta obra de arte en su lista de lecturas.