Título: “El
hombre en busca de sentido”
Autor: Viktor Frankl
Editorial Herder,
Barcelona, 2013
Número de páginas:
153
Iba a visitar
Auschwitz, no había estado allí pero de mano del cine había
presenciado la crueldad del holocausto. Visita un poco controvertida
porque algunas personas hacen de esa visita un entretenimiento más
dentro de los recorridos turísticos y todos debemos evitar que eso
sea así. Para mi era tomar conciencia histórica de lo que allí
sucedió y dar testimonio a quién se precie de lo que no debe volver
a suceder. Y nada mejor que leer las experiencias de una persona que
había pasado ese dolor y sufrimiento para acercarme a la realidad
allí vivida. El libro me lo ha prestado mi hija, para ella fue una
lectura obligada en sus estudios de grado, un ejemplo de vida para
todas las personas que en un momento u otro de nuestras vidas podemos
tener dificultades para salir adelante. “La realidad se
desvanecía ante nosotros, el mundo emocional se amortiguaba, y todos
los esfuerzos se concentraban en una única tarea: conservar nuestra
vida y la vida de los camaradas amigos”
Viktor Frankl fue
catedrático de Neurología y Psiquiatría de la Universidad de
Viena. Durante la II Guerra Mundial estuvo internado durante tres
años en Auschwitz, Dachau y otros campos de concentración. Escribió
este libro describiendo las tres fases por las que pasó : una
primera fase de internamiento en el campo, una segunda fase que
describe como era la vida allí y una tercera fase que narra que
sucedió después de la liberación. Junto con el libro se publica un
apéndice donde explica los conceptos básicos de la teoría que
desarrolló como Psiquiatra a partir de su experiencia, la
Logoterapia. El prólogo escrito por José Benigno Freire profesor de
psicología de la Universidad de Navarra nos explica las condiciones
que precedieron a la publicación del libro, las dificultades por la
que pasó su publicación y como la decisión de Viktor Frankl de
estar cerca de sus padres frente al desarrollo de su vida profesional
le llevó a los campos de concentración.
En su lectura vemos
a un hombre con una extraordinaria sensibilidad y capaz de ver
belleza en medio del mundo gris y desolador en el que vivía. Capaz
de sentir y de amar a pesar del “desamor” que había a su
alrededor. “Mi mente todavía se aferraba a la imagen de mi
mujer… el amor trasciende la persona física del ser amado y
encuentra su sentido más profundo en el ser espiritual del otro, en
su yo íntimo”. Un hombre capaz de sacar lo mejor de si mismo y
en medio de las situaciones trágicas quedaba la amistad, la unión y
las buenas relaciones “me pareció más sensato intentar ayudar
a mis compañeros como médico que vegetar o perder la vida en un
trabajo improductivo e inútil” y como él mismo nos dice “el
humor es otra de las armas del alma en su lucha por la
supervivencia”. El libro es una reflexión continua acerca de
la vida, no es sólo una narración a modo de diario de las
dificultades y experiencias en los campos de concentración, va mucho
más allá, es una propuesta de superación personal, de cómo llegar
a una madurez interior. Habla de dos formas de afrontar las
dificultades: como crecimiento personal o como algo irreal carente de
sentido que les lleva a vegetar como lo hicieron la mayoría de los
prisioneros; nos explica como en las mismas circunstancias un hombre
es capaz de afrontar las adversidades o abandonarse hasta incluso
morir “son las circunstancias excepcionalmente difíciles las
que otorgan al hombre la oportunidad de crecer espiritualmente más
allá de si mismo...unos preferían cerrar los ojos y refugiarse en
el pasado. Para esas personas se oscurece el sentido de la vida, la
vida pierde todo el sentido”.
Una mención
especial y mi opinión uno de los pasajes más importantes del libro
es cuando nos habla de la libertad interior “al hombre se le
puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades
humanas- la elección de la actitud personal que debe adoptar frente
al destino para decidir su propio camino… en esas condiciones, al
hombre se le cierran las posibilidades de realizar valores de
creación o vivencia, pero aún así la vida continua ofreciendo un
sentido”. Él consiguió distanciarse de la situación,
superarla de algún modo y situarse por encima del sufrimiento
”contemplarlo como si fuese una cosa pasada. Tanto yo como mis
problemas se transformaron en el objeto de un interesante estudio
psicocientífico realizado por mi mismo”
Enriquece sus puntos
de vista con las citas de otras personalidades como Nietzsche,
Bismarck, Thomas Mann, Tolstoi o el poeta Rilke entre otros. Cuando
estás leyendo el libro sabiendo que consiguió sobrevivir piensas
que el final va a ser feliz y no te planteas la amargura y desencanto
que siente en el momento de su liberación. Ya no solo por todo lo
que ha perdido sino porque la tensión psicológica a la que durante
tanto tiempo había estado sometido le había hecho desaparecer al
ser humano capaz de alegrarse “y lentamente teníamos que
volver a aprender la capacidad de alegrarnos, fui avanzando, paso a
paso, hasta convertirme otra vez en un ser humano”.
El libro ha cumplido
su propósito dar un sentido a la vida de Viktor Frankl mientras
estuvo en los campos de concentración que fue transformar sus
problemas en objeto de estudio y con ello dar a los lectores la
posibilidad de aprender de su teoría. En sus años posteriores viajó
por todo el mundo impartiendo conferencias en distintas universidades
y recibió varios premios. Pero utilizando sus propias palabras
“alcanzar metas tan excelsas está reservado a unas cuantas
personas”. Curiosidades de la
vida no he podido llegar a visitar Auschwitz, lugar
de brutalidades y exterminio pero
de la mano de Viktor Frankl he
visitado con sus palabras un lugar donde la capacidad humana
trasciende las dificultades y
consigue metas excelsas.
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