jueves, 20 de diciembre de 2018

Reseña del libro "La edad de la empatía"



 




Título: “La Edad de la Empatía”
Autor: Frans de Waal
Editorial: Three Rivers Press, New York
N.º de páginas: 225






 “Necesitamos ojos nuevos para juzgar, analizar, empatizar, comparar, contrastar, dar un lugar dentro de la historia” . Esta es una frase cualquiera tomada de los medios de comunicación, no pertenece al libro, la he elegido porque aparece la palabra empatizar, palabra a la que estamos muy acostumbrados a oír y leer en los últimos tiempos. ¿Se ha puesto la empatía de moda o es que la necesitamos cada vez más? Hace unos años ni siquiera existía en nuestro lenguaje habitual seguro que muchas personas mayores no saben que significa sin embargo en los últimos tiempos no hay persona que no la haya usado alguna vez. En la foto que presento este libro he puesto un nacimiento navideño no solo porque estemos en Navidad sino porque simboliza la etapa del año donde generalmente todos intentamos ponernos en el lugar de los más necesitados o de los que sufren, o al menos donde las organizaciones, instituciones o medios de comunicación nos hacen tomar conciencia de ellos. ¿Pero es eso realmente la empatía? “Nuestra caridad es un producto de identificación emocional más que una elección racional. Quizá nos sentimos bien haciendo el bien”. ¿Somos solo los humanos capaces de tener este sentimiento o pueden también los animales tener empatía? Este libro nos acerca a la respuesta. “Muchos animales sobreviven no eliminándose los unos a los otros o guardando todo para ellos sino cooperando y compartiendo”.
Me compré este libro cuando estudiaba Psicología de la emoción y todavía no lo había leído, es un libro de divulgación científica escrito por Frans de Waal que es uno de los primatólogos más conocidos en el mundo, de origen holandés y ha desarrollado su carrera científica en Estados Unidos, a su vez también es considerado como una de las cien personas del mundo más influyentes.
El libro comienza planteando dos puntos de vista acerca de porque nosotros estamos en la tierra, por un lado el punto de vista de los economistas que defienden que estamos para consumir y producir y por otro el punto de vista biológico que apoyan la idea de sobrevivir y reproducirnos. Continua con el planteamiento de que cada sociedad necesita encontrar un equilibrio entre el egoísmo y los motivos sociales para asegurar que su economía sirve a la sociedad y no al revés. Compara la sociedad americana y la europea y nos plantea interrogantes al respecto. Sus enfoques no son nada deterministas, expone las ideas, las experiencias realizadas con animales (chimpancés, bonobos, capuchinos, delfines y elefantes) muestra sus resultados y las contrasta con otras teorías de manera científica pero a la vez siempre cargado de humanismo.
Frans de Waal nos presenta sus trabajos en siete capítulos que se inician con frases de personas memorables y dentro de cada capítulo hay distintos epígrafes, utiliza un lenguaje sencillo y con toques de humor. Sus preguntas tienen respuestas en las que la mayoría de las veces se resuelven con nuevas preguntas. Me ha sorprendido conocer algunas reacciones de los animales como la de los ratones que sienten más dolor cuando están al lado de otros ratones que también lo sienten, como un gato se quedaba al lado de los ancianos moribundos de una residencia para acompañarles en su final, como los monos capuchinos son capaces de ayudar a otros si están en situación de necesidad, como los delfines y ballenas se ayudan entre ellos si están heridos o atrapados e incluso son capaces de ayudar a otras especies, como los monos prefieren las conductas prosociales a las egoístas, como los bonobos se organizan en sociedades jerárquicas y actúan con tolerancia y empatía, como los chimpancés mantienen en su memoria hechos de haberles concedido favores y los situá más cerca de los humanos.
Leer este libro me ha permitido desmitificar la idea del ser humano como un ser exclusivamente racional de elevados pensamientos donde todos sus comportamientos están dirigidos por su mente, aceptar que tenemos comportamientos más fisiológicos e instintivos de lo que creemos y a su vez aceptar que los animales tienen comportamientos que los humanos habíamos creído que eran solo nuestros nos haría más humanos. Aunque vivimos en ciudades y estamos rodeados de coches y ordenadores, permanecemos esencialmente los mismos animales con los mismos deseos y necesidades.” Darwin, Rousseau, Smith, Herbert Spencer o Kropotkin aparecen entre sus planteamientos, junto con psicólogos que también han realizado estudios como los suyos como Lipps, Dimberg, Nadia Kohts o Robert Trivers entre otros.Las ideologías van y vienen, pero la naturaleza humana está aquí para permanecer”.
Yo he leído el libro en inglés, cuando lo compré desconocía si existía una versión traducida, pero en la actualidad he comprobado que está editado en español en la editorial Tusquets, aconsejo su lectura no sólo porque es muy amena sino también porque nos permite conocer más sobre esa palabra que tanto usamos y que apenas conocemos (que por cierto también tiene su lado oscuro) y sobre todo porque nos acerca al ser humano y a sus formas de vida.
La capacidad de conectar y comprender a los otros y hacer de su situación la nuestra es la capacidad que puede ser la ventaja de cualquier sociedad”.




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