Título: “La Edad
de la Empatía”
Autor: Frans de Waal
Editorial: Three
Rivers Press, New York
N.º de páginas:
225
“Necesitamos
ojos nuevos para juzgar, analizar, empatizar, comparar, contrastar,
dar un lugar dentro de la historia” . Esta es una frase
cualquiera tomada de los medios de comunicación, no pertenece al
libro, la he elegido porque aparece la palabra empatizar, palabra a
la que estamos muy acostumbrados a oír y leer en los últimos
tiempos. ¿Se ha puesto la empatía de moda o es que la necesitamos
cada vez más? Hace unos años ni siquiera existía en nuestro
lenguaje habitual seguro que muchas personas mayores no saben que
significa sin embargo en los últimos tiempos no hay persona que no
la haya usado alguna vez. En la foto que presento este libro he
puesto un nacimiento navideño no solo porque estemos en Navidad
sino porque simboliza la etapa del año donde generalmente todos
intentamos ponernos en el lugar de los más necesitados o de los que
sufren, o al menos donde las organizaciones, instituciones o medios
de comunicación nos hacen tomar conciencia de ellos. ¿Pero es eso
realmente la empatía? “Nuestra caridad es un producto de
identificación emocional más que una elección
racional. Quizá nos sentimos bien haciendo el bien”. ¿Somos
solo los humanos capaces de tener este sentimiento o pueden también
los animales tener empatía? Este libro nos acerca a la respuesta.
“Muchos animales sobreviven no eliminándose los unos a los
otros o guardando todo para ellos sino cooperando y compartiendo”.
Me compré este
libro cuando estudiaba Psicología de la emoción y todavía no lo había leído, es un libro de
divulgación científica escrito por Frans de Waal que es uno de los
primatólogos más conocidos en el mundo, de origen holandés y ha
desarrollado su carrera científica en Estados Unidos, a su vez
también es considerado como una de las cien personas del mundo más
influyentes.
El libro comienza
planteando dos puntos de vista acerca de porque nosotros estamos en
la tierra, por un lado el punto de vista de los economistas que
defienden que estamos para consumir y producir y por otro el punto de
vista biológico que apoyan la idea de sobrevivir y reproducirnos.
Continua con el planteamiento de que cada sociedad necesita encontrar
un equilibrio entre el egoísmo y los motivos sociales para asegurar
que su economía sirve a la sociedad y no al revés. Compara la
sociedad americana y la europea y nos plantea interrogantes al
respecto. Sus enfoques no son nada deterministas, expone las ideas,
las experiencias realizadas con animales (chimpancés, bonobos,
capuchinos, delfines y elefantes) muestra sus resultados y las
contrasta con otras teorías de manera científica pero a la vez
siempre cargado de humanismo.
Frans de Waal nos
presenta sus trabajos en siete capítulos que se inician con frases
de personas memorables y dentro de cada capítulo hay distintos
epígrafes, utiliza un lenguaje sencillo y con toques de humor. Sus
preguntas tienen respuestas en las que la mayoría de las veces se
resuelven con nuevas preguntas. Me ha sorprendido conocer algunas
reacciones de los animales como la de los ratones que sienten más
dolor cuando están al lado de otros ratones que también lo sienten,
como un gato se quedaba al lado de los ancianos moribundos de una
residencia para acompañarles en su final, como los monos capuchinos
son capaces de ayudar a otros si están en situación de necesidad,
como los delfines y ballenas se ayudan entre ellos si están heridos
o atrapados e incluso son capaces de ayudar a otras especies, como
los monos prefieren las conductas prosociales a las egoístas, como
los bonobos se organizan en sociedades jerárquicas y actúan con
tolerancia y empatía, como los chimpancés mantienen en su memoria
hechos de haberles concedido favores y los situá más cerca de los
humanos.
Leer este libro me
ha permitido desmitificar la idea del ser humano como un ser
exclusivamente racional de elevados pensamientos donde todos sus
comportamientos están dirigidos por su mente, aceptar que tenemos
comportamientos más fisiológicos e instintivos de lo que creemos
y a su vez aceptar que los animales tienen comportamientos que los
humanos habíamos creído que eran solo nuestros nos haría más
humanos. “ Aunque vivimos en ciudades y estamos rodeados
de coches y ordenadores, permanecemos esencialmente los mismos
animales con los mismos deseos y necesidades.” Darwin,
Rousseau, Smith, Herbert Spencer o
Kropotkin aparecen
entre sus planteamientos, junto con psicólogos que también han
realizado estudios como los suyos como
Lipps, Dimberg, Nadia Kohts o
Robert Trivers entre
otros.”Las ideologías van y vienen, pero
la naturaleza humana está aquí para permanecer”.
Yo
he leído el libro en inglés, cuando lo compré desconocía si
existía una versión traducida, pero en la actualidad he comprobado
que está editado en español en la editorial Tusquets, aconsejo su lectura no
sólo porque es muy amena sino también porque nos permite
conocer más sobre esa
palabra que tanto usamos y que apenas conocemos (que
por cierto también tiene su lado oscuro) y
sobre todo porque nos acerca
al ser humano y a sus
formas de vida.
“La capacidad
de conectar y comprender a los otros y hacer de su situación la
nuestra es la capacidad que puede ser la ventaja de cualquier
sociedad”.
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