Autora: Elvira Lindo
Editado por
Fulgencio Pimentel en septiembre de 2016
N.º de páginas:
405
Es un libro de total actualidad aunque los hechos narrados se remontan a hace unos años. No es una novela, es la recopilación de unos artículos escritos para el periódico El País durante los veranos de los años 2000 hasta el 2004. Su lectura me ha recordado al arte impresionista: si te acercas sólo ves las pinceladas pero sumando todos, y de lejos, ves el cuadro de una familia, con sus emociones, sus idas y venidas, el pueblo donde veranean, los vecinos, con sus luces y sombras y las influencias de unos colores en otros consiguen dar el efecto de unos bellos retratos. El prólogo está escrito por la misma autora y en él describe sus motivaciones y su evolución. Si tuviera que elegir una palabra para resumir el libro elegiría la que Elvira Lindo elige al final del primer verano, felicidad. «De lo que yo trataba de escribir era, aunque a lo mejor no he sabido contarlo, de la felicidad.»
Los personajes que desfilan por estos artículos son: su propia
familia, su marido, sus hijos, su padre, sus suegros; algunos amigos:
Bicoca, Juan Cruz, Paco Valladares y en especial su amigo gay; los
vecinos con los que celebran cena y barbacoas, Omar un niño de
Guinea que pasa un verano con ellos y Evelio, un albañil que casi
forma parte de la familia.
Es un libro divertido, tratado con humor, un humor fresco que a veces
te hace soltar una carcajada, un humor que quita todos los complejos.
Habla de una manera abierta de temas escabrosos como el sexo, las
relaciones de pareja, los problemas de convivencia con hijos
adolescentes y las relaciones vecinales. Tiene una escritura directa,
de frases cortas, utiliza un lenguaje coloquial con expresiones como:
«me chupa un pie»,«quedar como el culo»,«al pie del cañón» ,
estas expresiones pueden confundirnos y parecer que son textos
vulgares no trabajados, pero no es así, el humor requiere mucho
trabajo. Siempre escribe en primera persona salvo en algún artículo
que usa la tercera persona para alejarse de lo que cuenta porque es
demasiado personal o porque afecta directamente a sus emociones.«Esta
escritora de mediana edad no quiere ser una gorda psicológica.
Decide pasar a la acción y se da un baño en la piscina.» Su estilo
va puliéndose verano tras verano, los lectores le hacen críticas y
ella va mejorando y perfeccionándose o reafirmándose en su estilo.
Elvira también critica en algunas ocasiones que sus lectores no la
comprenden y tiene razón porque este libro puede tener varios tipos
de lectores, los que lo consideran como una revista del corazón
donde una escritora habla acerca de su vida y otro grupo de lectores
en los que me incluyo yo donde consideramos que es un canto a la
franqueza que habla con sinceridad y cierto humor de temas
universales. Cuando Elvira Lindo se dirige a sus alumnos en una
Universidad de verano les dice «me gustaría que mi taller fuera un
canto a la franqueza, que habláramos desde la sinceridad, que fuera
una catarsis colectiva, qué caramba.» Y eso que quiere conseguir
con su grupo de alumnos lo consigue también con su público a través
de este libro. ¡Leerlo os gustará!
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