Título: El corazón de
las tinieblas
Autor: Joseph Conrad
Colección 519
letras
N.º de páginas:
129
Uno de los recuerdos
de mi infancia me ha llevado a leer este libro de la literatura
universal.
Hace poco oí hablar de él y hasta entonces no lo relacionaba con mi
recuerdo, puse en duda incluso si se trataba de este libro o de
otro. Los recuerdos de la infancia son muy emocionales y a veces no son fieles a la verdad. En la estantería de casa de mis abuelos
había unos pocos y viejos libros, tenía una gran curiosidad por conocer, un día me acerqué y buscando algo que leer me encontré con uno que tenía la portada rota, del título
solo quedaba la palabra corazón pero cómo podía un libro con
esa palabra tener aquella horrible ilustración “… golpeaban
el suelo, movían las cabezas con cuernos, retorcían
sus cuerpos rojos; sacudían hacia el feroz demonio del río un
manojo de plumas negras y una piel sarnosa… “ Seguramente el
ilustrador sería muy bueno porque los dibujos que vi me causaron horror, los recuerdo
así de reales y como todo lo que produce terror también me provocó
curiosidad que he mantenido hasta ahora porque no llegué a leerlo, hubo más
visitas a la estantería pero aquel libro teniéndolo presente no lo volví a mirar.
Joseph
Conrad viajó al Congo y el libro está basado en las experiencias
que tuvo allí. Está dividido en tres partes, en las dos primeras
narra el viaje de Charlie Marlow de Londres a África, era un
marino de aspecto entre asceta y vagabundo“con la melancolía que cubría a los hombres”. El autor describe atardeceres, sentimientos, personas y situaciones. Paisajes
y emociones se dan la mano en el viaje a través de un río hasta
llegar al corazón de un continente donde se celebraran las batallas más oscuras. Va en busca del señor Kurtz que es un agente a cargo de
una estación muy importante de marfil, pero tiene tantas dificultades para encontrarlo que queda desconcertado y hasta duda de su existencia. El Congo aparece como el país
de las bestias pero tenemos que seguir leyendo para comprobar también
las críticas al imperialismo occidental. En la tercera parte se
narra el encuentro con Kurtz que era un hombre complicado, las tribus
le adoraban y otros pensaban que estaba loco,
de grandes ideas pero lo encuentran enfermo y abandonado. Esta
última parte es una maravillosa reflexión sobre la vida en la que
aparece también la mujer de Kurtz, personaje que ayuda a Marlow a
todas esas reflexiones y que juntos construyen el final de la historia. Joseph Conrad nos describe como los
corazones de los hombres laten en la oscuridad, nos habla sobre el enigma de
vivir y enfrenta el modelo de vida occidental con la vida en la
selva:“Su comportamiento simple, sus rumbos de individuos
comunes haciendo sus negocios en una seguridad perfecta, me resultaba
tan ofensivo como una locura escandalosa enfrentada a la faz de un
peligro que es incapaz de comprender”.
No
es solo una historia de aventuras es también un libro de profundos
planteamientos, nos lleva a lo más recóndito del ser humano“ Los
principios no son suficientes. Son solo vestidos, trapos que vuelan a
la primera sacudida”. También a través de sus lineas además de las experiencias vividas por el autor se refleja su
personalidad como cuando resalta la importancia a la lectura y los
libros en plena vida salvaje: “Arrancarme de la lectura, les
dijo, fue como separarme del refugio de una vieja y sólida amistad”.
Tiene algún giro que me ha recordado al realismo mágico de
Gabriel García Márquez “La hierba le crecía a través de las
costillas cubriendo sus huesos”; con su técnica narrativa y su
estilo se adelantó a la modernidad como cuando nos ofrece distintos niveles de lectura unas veces dirigiéndose al lector y otras al protagonista de la historia.
La
obra se publicó por primera vez en 1898, mi abuelo nacería dos años después, es posible que el libro que vi en su estantería fuera este
y sino ¿cuál? En cualquier caso creo que aunque las razones que nos llevan a leer los libros nos predisponen a su lectura al final lo que importa es el poso que ellos dejan en
nosotros, os aconsejo leerlo es una gran obra, un “eco de la
elocuencia” y para mi además ha dibujado una nueva
ilustración que no me causa terror: “ Contemplábamos esa
corriente venerable, no en el vívido flujo de un breve día que
llega, y luego se va para siempre, sino a la augusta luz de una
memoria perenne”.
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