Título : “Un
viejo que leía novelas de amor”
Autor: Luis
Sepúlveda
Editorial: Nueva
Narrativa, 1999 Barcelona
N.º de páginas:
137
La lectura de este
libro ha sido una grata sorpresa para mí, no había oído hablar de
este autor chileno sin embargo si había oído hablar de Chico
Mendes y este libro les une a los dos. El autor del libro, Luis
Sepúlveda, le dedica a este activista ambiental que luchó de forma
pacífica contra de la devastación del Amazonas, el Premio Tigre Juan
que le fue concedido por esta novela. Luis Sepúlveda además de ser
escritor fue periodista y cineasta y esto se nota en su forma de
escribir, la historia que nos cuenta está inspirada en su
experiencia personal con los shuar, un pueblo indígena amazónico. Cuando
lees el libro te das cuenta que los hechos que se narran no son
producto de la imaginación del autor sino de
alguien que conocía muy bien la forma de vivir de estos indígenas.
Frente a la brutalidad que se vive en la selva está la dulzura de un
anciano que le gustaba leer novelas de amor. “Sabía leer. Fue el
descubrimiento más importante de toda su vida. Sabía leer. Era
poseedor del antídoto contra el ponzoñoso veneno de la vejez. Sabía
leer. Pero no tenía que leer”.
La novela trata de
la vida de Antonio José Bolívar, un hombre que vive en El Idilio,
un pueblo del Amazonas, después de un tiempo se va vivir a la
selva con su mujer, allí conoce a los shuar y casi llega a formar
parte de ellos. “De ellos aprendieron a cazar, a pescar, a levantar
chozas estables y resistentes a los vendavales, a reconocer los
frutos comestibles y los venenosos, y sobre todo, de ellos
aprendieron el arte de convivir con la selva”. Tras una lucha por sobrevivir vuelve a El Idilio y toda la experiencia adquirida
en la selva le sirve para bien y para mal en su convivencia con los
ciudadanos del pueblo que le encargan una importante misión. La novela es una defensa de la naturaleza y demuestra un enorme respeto a la vida en el Amazonas, a su vez critica a todos aquellos que acceden a esta gran riqueza para devastarla.
Hay descripciones
muy bellas de lo que acontece en la vida del viejo, “… y dejó que
los pensamientos se aquietaran como las piedras al tocar el lecho del
río”, y descripciones muy reales de la vida salvaje de los
animales .“Por la herida asomaban restos de arterias y algunos
gusanos albinos.” . Utiliza un lenguaje sencillo, rico y
expresivo, con un estilo narrativo con pocos diálogos.
Todos los lectores
sabemos que cuando leemos no sólo nos enriquecemos con lo que leemos
sino que además hacemos asociaciones con los hechos que han
ido aconteciendo en nuestra vida y que guardan cierto parecido con
las personas o las circunstancias que se dan en el libro, de forma
que es como si hicieras dos lecturas, la del libro y la de tu propia
vida. Estoy acostumbrada a leer libros sobre la vida en las
civilizaciones occidentales y esto facilita estas dos lecturas, lo
novedoso de este libro es que de no haber convivido en la selva
difícilmente te puedes poner en el lugar de los personajes. A la vez
que lees la historia del viejo te estás documentando sobre otra
forma de vida, otra sociedad, otras normas, es como una reflexión
antropológica del ser humano. Mientras estas leyendo que a Antonio
José Bolívar le cuesta esfuerzo imaginarse como son las ciudades
como Londres, París o Venecia tu estás sintiendo lo mismo que él
pero con la vida en El Idilio y en la selva, y sólo por eso
merece la pena leer este libro.
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