Autor: Juan Carlos
Onetti
Editorial:
Biblioteca El Mundo 2001
N.º de páginas:
159
Es una novela extraordinaria, el autor crea un ambiente ensombrecido y decadente desde el principio y lo mantiene hasta el final utilizando los pequeños detalles, bellas descripciones y también con lo que no dice. Por ejemplo hay personajes que los define a la perfección y sin embargo no conocemos sus nombres y lo mejor de todo es que no lo necesitamos. Lo importante no es tanto lo que sucede sino como realmente piensan y sienten los personajes. Está muy bien escrita pero es una novela difícil de entender porque la realidad es también difícil de comprender, el mismo autor como narrador nos dice «uno no es siempre lo que hace». De hecho el protagonista se sucumbe en una farsa y nos dice «todos sabiendo que nuestra manera de vivir es una farsa, capaces de admitirlo pero no haciéndolo porque cada uno necesita, además, proteger una farsa personal». El paradigma literario de esta obra es la desolación humana, sus personajes se mueven entre el dolor y el mal, atrapados en sus propias vidas.
Se publicó en 1961
pero unos años antes en 1950 escribió La vida breve que
es donde nació la ciudad de Santa María que es uno de los
escenarios de El astillero y
en 1964 se completa con una segunda parte titulada Juntacadáveres novela a la que hace mención al
principio de su obra. Parece que le gusta que haya una cierta
continuidad en sus historias, habrá que leerlas
para completar el conocimiento de este autor tan extraordinario.
En
El astillero se narra
la vida de Larsen, un hombre solitario y confuso que ha sido
expulsado de Santa María y al cabo de cinco años vuelve. Petrus, el
dueño de un astillero le propone ser su gerente, él junto con
Gálvez y Kunz acuden diariamente a su trabajo para mantener abierto
un astillero que está en ruinas. Larsen mantiene una relación con
Angélica Inés que es hija de Petrus.
Sus
vidas irán trascurriendo en diferentes escenarios donde la
desolación y el fracaso serán los protagonistas.
Juan
Carlos Onetti tiene una manera muy personal de escribir, algunos
críticos consideran esta obra dentro del género de ficción además
de tener un sentido existencial. A lo largo del libro encontramos
relatos que son pura poesía, hay que leerlo despacio como se lee la
poesía
para poder disfrutar de expresiones como esta «estuvo buscando la
luna pero no encontró más que la plata tímida del resplandor»,
incluso las escenas más
duras son de un sentimiento poético enaltecido,
el libro termina en un último
capítulo que es precioso. La influencia de sus orígenes
latinoamericanos se deja ver a través de su vocabulario y de las
descripciones costumbristas, conviene tener un diccionario cerca
porque hay palabras que se usan solo en algunos países
latinoamericanos.
Es
un libro de una gran calidad literaria, mi hijo tenía razón cuando
me recomendó leerlo y de obligada lectura para aquellos que quieren
conocer lo que es la literatura, conocer otras formas de escribir es
realmente apasionante.
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