Título: “La dama del perrito”
Autor: Antón Chéjov
Editorial: Círculo de Lectores,
2016, Barcelona
Traducción: Juan López- Morillas
Y aquí en la estantería una
colección de autores rusos sin estrenar, en una lujosa encuadernación que
parece no apta para la lectura. Ya era hora de acariciar su tela y su papel, pero ¿cuál
elegir? Después de leer esta Navidad relatos cortos porque no continuar con un
relato tan corto y sorprendente como La dama del perrito de Antón Chéjov.
Este autor es un clásico de la literatura rusa y como todos los clásicos tratan
temas universales y atemporales. No sabía qué me iba a encontrar y de hecho
después de leerlo no me sentí muy motivada a escribir una reseña de un relato
con tanta carga moral, que trata de fracasos, de vidas paralelas y en esencia
del amor con letras mayúsculas. Parece que, hoy en día el tema del amor, del
verdadero amor y de las pasiones, no está de moda, es un tema controvertido y
en el fondo de toda relación pasional está el tema tan manoseado de la
violencia de género. Sin embargo, después de este relato he empezado a leer
otro libro y para mi sorpresa su autor tiene como referentes a Juan Carlos
Onetti y Antón Chéjov. Como no creo en las casualidades, habiendo escrito ya
una reseña sobre Onetti tenía que escribir si o si también la de Chéjov.
La historia trata de Dmitri Dmitrich
Gurov, un hombre casado que está acostumbrado a ser infiel a su mujer, pero
muestra ser un hombre despreciativo y sin sensibilidad considerando a las
mujeres como presas fáciles, de “raza inferior”. Paseando por Yalta la ciudad
donde se desarrolla la historia encuentra a una dama Anna Sergeyevna que va
acompañada de un perrito Pomerania blanco, Anna no estando felizmente casada y
sintiéndose sola se fija en Gurov, aparentemente una presa fácil para él “
poco después salieron juntos y entablaron esa conversación despreocupada y
burlona de las gentes libres y satisfechas a quienes no les importa adónde van
ni que dicen” “la miró a los ojos, inmóviles y asustados… Ambos empezaron a
reír” Sin embargo deciden separarse, no parecen sentirse a gusto en ese
adulterio “Los tilos y los abedules viejos, blancos de escarcha, tienen una
expresión benevolente, están más cerca de nuestro espíritu que los cipreses y
las palmeras, y junto a ellos no se siente el deseo de pensar en las montañas y
el mar” o quizá están viendo que no es un simple affaire “le profesaba
un apasionamiento impaciente, no se apartaba de ella un paso, pero ella se
hundía a menudo en sus reflexiones”. Pero la distancia les hace comprender
que lo que sienten el uno por el otro se mantiene en lo más profundo de ellos mismos “Se habían
dicho que ya había terminado todo y no se volverían a ver más. Sin embargo,
¡cuán lejos estaba de terminar!” Después de un tiempo se buscan y se
encuentran “Se habían perdonado mutuamente aquello de que se avergonzaban en
sus vidas pasadas, se perdonaban lo que ocurría en el presente y sentían que
este amor suyo les había cambiado a ambos.”
En el relato lo de menos es el
argumento, en realidad he tenido que hacer esfuerzos para contar la historia
propiamente dicha porque lo que el autor nos relata es una sucesión de
emociones, de estados de ánimo, de actitudes y situaciones. Lo que empieza como
una locura y una crítica al adulterio se convierte en ese vínculo eterno
que es el amor. Antón Chéjov nos hace una representación artística del amor
con sensibilidad y sentido del humor donde lo que no se dice es más importante
que lo explícito. También la vejez y la muerte son temas que se desarrollan
en el relato, pero no con tristeza sino con benevolencia “Ahora solamente,
cuando empezaba a blanquearle el cabello, sentía por primera vez en su vida un
verdadero amor”
Hay matrimonios que llegan a cumplir sus bodas de platino, otras personas van dando más
trompicones en sus relaciones y otros conocen el verdadero amor, como nos cuenta John Huston en esa magistral obra Dublineses de James Joyce llevada al cine. Quizá leer libros
como este nos enseñe un poco más acerca de ese sentimiento llamado amor casi
con tantas interpretaciones como personas estamos en el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario