Título: Artesanas de la vida. Mujeres de la Edad Media
Autora: María del Carmen García Herrero
Institución “Fernando el católico” (C.S.I.C.)
Excma. Diputación de Zaragoza en Zaragoza, 2009
Número de páginas: 477
El veintitrés de abril de este año me regalaron Artesanas de la Vida. Mujeres de la Edad Media. Había hablado sobre la condición de la mujer con una historiadora y estábamos de acuerdo en que no ha avanzado tanto como creemos, en la misma Edad Media las mujeres tenían consideraciones de poder que ahora incluso las hemos perdido. Ella me habló de este libro y de la documentación histórica que había sobre el tema. Con motivo del día del libro y considerándome como “artesana de la vida aragonesa” me regaló este precioso libro.
No es una novela, es un libro de varios ensayos sobre la vida y las mujeres medievales. Yo lo he leído como curiosa del saber y poco a poco sin un interés determinado quizá para recuperar la memoria de todas esas mujeres que de una forma anónima han formado parte de la Historia con mayúsculas.
De los tres grandes capítulos que forma el libro, el que más me ha gustado ha sido el primero, el que habla de la feminidad y los espacios femeninos de la Edad Media sobre todo porque como nos dice la historiadora las mujeres de aquella época “...me despiertan un sentimiento de admiración y respeto, me muestran formas de ser, estar o actuar en el mundo…”. El segundo capítulo, Protagonistas, nos cuenta las vidas de cinco mujeres aragonesas importantes de la Edad Media, al leerlo me sentía en los edificios de la ciudad donde nací, en las pinturas y en los monumentos de los pueblos y ciudades donde vivieron “...las pintoras tuvieron discípulos y discípulas y existió una tradición de mujeres dedicadas a este arte que transmitieron su saber formando a otras mujeres...” Concluye el capítulo diciéndonos “...este trabajo es la primera respuesta a un reto interesante y hoy estamos convencidas que que mulieres religiosae abundaron y fueron respetadas en Zaragoza durante siglos…”. El último capítulo que nos habla de las Costumbres y leyes fundamentalmente las basadas en el Fuero de Jaca es muy difícil de leer sin sentirse afectada sobre todo cuando habla de la marital corrección y ver que en nuestra sociedad todavía las mujeres seguimos sufriendo la misma violencia de género, en este tema la historiadora nos dice que “Durante muchos años he evitado, aplazándolo para más adelante, afrontar el tema de la marital corrección, un tipo de violencia contra las mujeres bajo medievales infligida por sus maridos, una modalidad de castigo permitida y aceptada socialmente”.
El libro en mi opinión ha cumplido su propósito, ofrecer una completa documentación histórica de las mujeres aragonesas en la Edad Media, junto con los textos a modo de ensayo escritos por María del Carmen García Herrero y las correspondientes notas al margen de las citas bibliográficas a las que se refiere, también hay exhaustivo índice de personas y lugares y unas fotografías de las imágenes a través de las cuales también la historiadora se ha documentado. Pero lo que a mi también me ha llamado la atención son los textos originales de los documentos en los que María del Carmen García recopila la información, no solo porque retrata la sociedad sino también porque podemos ver como ha evolucionado el lenguaje, y con ellos recuerdo el libro que fue Premio Nacional de Ensayo en 1992 de Emilio Lledó “El silencio de la escritura” que según este autor “La experiencia historiográfica no sólo consiste en el análisis de lo que el texto dice, sino en el descubrimiento de lo que el texto oculta”. Y aquí en el silencio de los textos dice también la filosofía de aquella época, es decir, la forma de relacionarse en la Edad Media y que organizaba sus vidas “Las filosofas y pensadoras de la diferencia sexual llevan tiempo realizando una indagación constante sobre la autoridad y libertad femeninas y sobre la autoridad materna, cimentada en la entrega del cuerpo y de la palabra”.
Comentando con otras personas la lectura de este libro me dicen que les sorprende que no siendo historiadora haya podido leerlo entero y aunque siendo sincera no he leído todos los apéndices y todas las notas al margen, me pregunto que es lo que me ha atrapado en su lectura y es que a través de los comentarios y opiniones personales de la historiadora he visto también a la mujer aragonesa que hay en ella, la mujer que quiere conocer sus orígenes, lo que ha influido en su crecimiento personal y sobre todo que disfruta de ello: “El deleite que experimento al contemplar la Visitación sin duda es mío, pero no me pertenece... “”Ahora, al haber vivido más, no suelo sentir la urgente necesidad de defenderme frente a tópicos...”
A veces lo más insignificante es lo que nos lleva a decidir leer un libro o no, en alguna ocasión la portada, el tipo de letra o la fotografía del autor, pero en este caso fue un comentario de la persona que me lo regaló. Recuerdo que mi madre me contaba como mi abuela le preparaba caldos de gallina para cuidar de ella cuando fue madre y también recordaba a mi madre cuando vino a cuidarme cuando nacieron mis hijos y para ella era muy importante que tomara ese caldo de gallina que era mucho más que alimento, era esa relación establecida entre madres e hijas, ese vínculo amoroso que emanaba autoridad frente a los hombres. La amiga que me regaló el libro es mucho más joven que yo y me contaba que estas costumbres se narran en el libro, ella me lo decía como una costumbre de la antigüedad, sin embargo, para mi era algo muy cercano y me encantó la idea de conocerlo y además conocer otras costumbres y otras formas de relacionarse las mujeres en el pasado.
Coincidiendo con la lectura del último capítulo que habla de la marital corrección que era la misión que el marido tenía en su condición de ser superior de corregir las conductas de la mujer incluso usando la violencia esta semana ha sido noticia cómo un personaje público ha ejercido agresiones sexuales a varias mujeres, estamos en pleno siglo XXI y la ley no lo permite como en los siglos en los que se narra el libro, pero sin embargo, toda esa violencia del pasado sigue sucediendo en el presente“... una mujer podía ser generosa, ingeniosa, benigna, elocuente, compasiva y pacífica, por ejemplo, pero si vivía libremente su cuerpo, las fuentes jamás la llamarían “buena”. En la actualidad sigue habiendo un trato de superioridad de los hombres frente a las mujeres, sigue habiendo violencia y hasta asesinatos. Aconsejo su lectura porque si conocemos los errores del pasado evitaremos cometerlos. Quizá esta reflexión final no la hubiera hecho de no haber sido por esta noticia y me hubiera quedado con lo que no estamos acostumbrados a escuchar y es el valor y la autoridad de las mujeres en la sociedad a lo largo de la Historia.