Título: “Un día
en la vida de una mujer sonriente”
Autora: Margaret
Drabble
Editorial:
Impedimenta, noviembre 2017, Salamanca
N.º de páginas:
281
No era precisamente
una deuda pendiente leer a Margaret Drabble, era una escritora
desconocida para mi pero los regalos que vienen de las personas que
te conocen bien tienen que ser bien venidos. Cuando el libro cayó en
mis manos tenía grandes expectativas con él, en las reseñas que
había leído comparaban a la autora con Jane Austen y Virginia
Woolf. Y aunque leer a Jane Austen es algo que tengo pendiente, “Las
olas” de Virginia Woolf me dejó enamorada, una obra cargada de
sensibilidad y porque no decirlo de inteligencia. Margaret Drabble
quiere aproximarse pero no es lo mismo, su narrativa es descriptiva,
también sensible pero la encuentro más plana. Quizá las
comparaciones no sean buenas y habría que dejar a esta escritora
dentro de la buena literatura. El libro recoge trece relatos que
están ordenados cronológicamente por la fecha de publicación,
conocemos a Kenneth, Helen, Anne, Hannah, Kathie, Jenny, Mary o Elsa,
por decir el nombre de algunas de las protagonistas de las historias,
son mujeres con problemas, insatisfechas de sus vidas, con un gran
mundo interior, en la mayoría no se cumplen sus deseos pero todas
comprometidas con la vida. Creo que el siguiente párrafo que aparece
en el relato que da título al libro retrataría la actitud ante la
vida de todas ellas: “Está claro que alguno de nosotros- pensó
Jenny Jamieson- estamos destinados por naturaleza a acabar siempre
sonriendo” O también este párrafo que aparece en su última
historia y que aun me gusta más porque dice mucho sin decir: “Sin
embargo, no me pareció que ninguna de las personas con las que me
cruce fuera a responder satisfactoriamente a mis preguntas, y estas
murieron en mis labios, sustituidas por un “¡Qué buen día
hace!”. El libro habla de los ideales, del amor, de la familia, de
las relaciones personales y de la soledad. Los personajes se conocen
pero no ponen en evidencia sus formas de ser, se esconden por
mantener una imagen, falsean su personalidad, sus intenciones y sus
emociones. Creo que aunque hay mucho de verdad en estas historias
también son fruto de la convivencia en una sociedad como la inglesa
que actúan generalmente de está manera porque lo consideran más
educado. Margaret Drabble es una escritora de origen inglés y ha
desarrollado su carrera artística allí en Inglaterra, además de
novelas también ha escrito guiones, obras de teatro y cuentos. Estas
cualidades artísticas se reflejan en su narrativa, crea
situaciones donde los protagonistas viven los acontecimientos y los narra de una manera que parece estar viendo una película, cuenta
lo que hacen y a la vez lo que están pensando y lo extraordinario es
que es como la vida misma, a veces van en direcciones contrarias.
No hay que terminar
esta reseña sin decir la gran riqueza expresiva que tiene, igual te
describe una bonita tarde de verano que una playa cubierta de basura:
“Hacía una bonita tarde de verano, y los acantilados se extendían
más y más al oeste, bajo una luz gris azulada, brumosa y cálida.”
“La playa de guijarros estaba cubierta de basura. Cables antiguos,
latas, botellas de plástico, tiras de cuerda de naranja. Y un chasis
de coche aplastado y oxidado.”Todos estos ambientes para acompañar las emociones de los personajes.
Aunque el orden en
las historias es cronológico como he dicho anteriormente, parece que
las casualidades de la vida hacen que el relato final sea elegido
como colofón a las historias presentadas. El último relato “Rumbo
al oeste” fue un encargo de la Wordsworth Society, la escritora lo
leyó con motivo de la reunión anual de dicha asociación pero no se
publicó hasta años más tarde y esta es la casualidad. Pero mi
elección como preferido y un buen final para el libro es porque la
mujer profesora apunto de jubilarse que viaja rumbo al oeste para reencontrarse con la mujer que era de joven termina sonriendo
de verdad. Os dejo que elijáis leerlo o no después de leer mi reseña.